La industria editorial solo trabaja con el 20% de los planteles educativos del país

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Cortesía

Julio Mazparrote, vicepresidente de la Cámara de Editores de Venezuela, señaló que los precios de los libros de texto en el país están entre 8 y 25 dólares.

No obstante, apuntó que actualmente las editoriales sólo trabajan con 20% de los planteles educativos, dado que sus libros sólo son permitidos en las instituciones privadas.

Explicó que ello se debe a que en 2010 se decretó que las instituciones públicas recibirían clases sólo con textos de la Colección Bicentenaria. Estos fueron impresos y distribuidos por entes del Estado desde el 2011. Mazparrote resaltó que dichos textos contienen un alto grado de contenido ideológico, indistintamente del área de estudio.

Dio como ejemplo que en un problema de matemática se puede leer una comparación de precios entre un mercado privado y otro estatal, haciendo referencia a un menor precio en el mercado público por la gestión de Hugo Chávez.

Crisis en el sector editorial

Mazparrote comentó que el desplazamiento del sector editorial de la educación, además de generar distorsiones en lo cánones de enseñanza por el contenido ideológico, también ha impactado negativamente en la economía.

Resaltó que la disminución en la venta de textos escolares redujo significativamente los ingresos del sector.

Ante esto, hizo un reiterado llamado a las autoridades educativas del país a permitir nuevamente los libros de las editoriales privadas en todas las instituciones del país. Resaltó que con esto se generarían nuevos puestos de empleo y comenzaría una dinámica económica que involucra a distintos rublos comerciales.

Impresión a demanda

El vicepresidente de la Cámara de Editores de Venezuela relató que actualmente algunas editoriales sólo imprimen bajo demanda.

«En algunos casos, las editoriales simplemente están quemando el inventario y una vez se les acabe deberán pensar en qué hacer», advirtió

Explicó que si bien es cierto que importar el papel y la tinta es actualmente muy fácil gracias a la exoneración de impuestos arancelarios, no resulta una labor práctica por la baja demanda.

Sumado a ello, las copias de los textos y la piratería en torno a los ejemplares que fueron digitalizados, hace que la industria editorial esté en crisis.

Frente a ello, comentó que «básicamente de sobrevive con libros de preescolar y primaria».

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