La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) emitieron una advertencia conjunta este lunes, señalando que el impacto del fenómeno de El Niño en la producción agrícola aumentará los precios y agravará la inseguridad alimentaria en América Central, especialmente en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Según el informe publicado hoy sobre las perspectivas de los llamados puntos críticos del hambre, se pronostica una alta probabilidad de lluvias por debajo del promedio y temperaturas más altas de lo normal durante el período de junio a agosto de 2023.
El informe indica que las condiciones secas asociadas con el fenómeno de El Niño probablemente afectarán la cosecha principal de maíz en momentos críticos para el rendimiento de los cultivos, lo que tendrá efectos adversos en la producción. Además, se espera que la sequía persista de agosto a octubre, lo que también podría afectar la cosecha principal de frijol.
La disminución en las cosechas de granos básicos en 2023 podría reducir las reservas de alimentos disponibles para el consumo y la venta, lo que aumentaría la dependencia del mercado de 1,9 millones de pequeños agricultores en Centroamérica. Estos agricultores ya han sido afectados por los efectos de la pandemia de Covid-19 y la guerra en Ucrania.
El informe destaca que en Honduras, aproximadamente 2,6 millones de personas (28% de la población total) experimentaron inseguridad alimentaria aguda durante la temporada de escasez de junio a agosto de 2022, una cifra ligeramente inferior a los 3,3 millones en el mismo período de 2021.
En Guatemala, se estima que 3,2 millones de personas (19% de la población analizada) enfrentaron una crisis o inseguridad alimentaria aguda entre octubre de 2022 y febrero de 2023, lo que representa un fuerte aumento de 2,5 millones.
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Aunque no se consideran puntos críticos en el informe, se está vigilando de cerca la situación en Colombia, donde entre octubre y noviembre de 2022, 15,5 millones de colombianos (30% de la población nacional) experimentaron altos niveles de inseguridad alimentaria aguda.
Además, durante el período de junio a agosto de 2022, 1,3 millones de migrantes que pretendían establecerse en Colombia se encontraban en niveles elevados de inseguridad alimentaria aguda (52% de la población migrante que vive en Colombia), según la metodología del PMA.
El informe destaca la necesidad de realizar un seguimiento estrecho de la situación debido a los posibles desafíos económicos continuos, la alta inflación y los impactos adversos previstos de las condiciones climáticas secas de junio a noviembre, así como el conflicto en la región.
En Venezuela, aunque faltan datos comparables recientes, la situación económica ha mostrado una relativa estabilización desde 2021 después de siete años de recesión económica. Sin embargo, se espera que la inflación se mantenga muy alta, alcanzando el 400% en 2023.
EFE
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