Persisten problemas que obligaron a retrasar la reconversión monetaria

Billetes podrían haber perdido prácticamente todo su poder de compra real para agosto

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Falta menos de un mes para el 4 de agosto, fecha para la que fue postergada la entrada en vigencia de la reconversión monetaria ordenada por el Gobierno nacional. Sin embargo, aún persisten los problemas que obligaron a retrasar la medida.

En primer lugar, los nuevos billetes todavía no habrían llegado al país. Según una nota de Tal Cual, autoridades indicaron a fuentes técnicas de la banca privada que la primera remesa de los llamados «bolívares soberanos» arribará a Venezuela entre el 25 de julio y el 2 de agosto. Es decir, poco más de una semana antes de la fecha de la reconversión, como muy temprano.

Esto supondría un severo problema técnico y logístico. En tan poco tiempo sería imposible adaptar la red nacional de cajeros automáticos para que manejen los nuevos billetes. El diputado a la Asamblea Nacional, José Guerra, ha advertido en reiteradas ocasiones que tal proceso puede durar entre 30 y 40 días.

El lapso tampoco sería suficiente para distribuir las piezas monetarias entre las agencias bancarias de todo el territorio nacional. Sobre todo en momentos en que 40% del parque auotomotor venezolano está paralizado por la falta de repuestos y de insumos como aceite, según cifras de la Cámara Venezolana de Fabricantes de Autopartes (Favenpa).

Además, el Banco Central de Venezuela, ente a cargo de implementar la reconversión, se encuentra en plena renovación de máximas autoridades. Ramón Lobo fue sustituido al frente del instituto emisor por Calixto Ortega Sánchez hace tres semanas. A eso se agregan los cambios en el directorio del BCV, que apenas entraron en vigencia el 6 de julio. Todas estas entradas y salidas de funcionarios pudieran incidir en la aplicación del nuevo cono monetario y la desmonetización del viejo.

¿Soberanos o «de Monopolio»?

Desde que se anunció por primera vez la reconversión monetaria a finales de marzo, economistas han alertado que la medida solo sería un «maquillaje» que de ninguna manera frenaría la pérdida de poder adquisitivo del bolívar. Reafirmaron que lo que hace falta es detener la hiperinflación. Pero las autoridades han hecho oídos sordos y los precios no paran de subir. En mayo y junio la inflación fue de 110,1% y 128,4%, respectivamente, de acuerdo con la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional. Ambos son hitos (negativos, claro está) en la historia de Venezuela.

Poco después de que el Gobierno anunciara que aceptó postergar la reconversión, la firma Ecoanalítica proyectó que para el 4 de agosto la hiperinflación habrá hecho estragos en el próximo cono monetario. En detalle, estiman que entonces el billete de 500 bolívares soberanos habrá perdido 96,01% de su valor, en comparación con finales de marzo. Es decir, su poder de compra real será de solo 18 bolívares soberanos.

Algunos especialistas han sugerido generar nuevos billetes para moderar el impacto logístico de la inflación desbocada, pero eliminado sis ceros en vez de tres y en papel de menor calidad para aminorar gastos. Recientemente José Guerra fue más allá. «Con una inflación que claramente va a superar 100.000% al cierre de 2018, los 300 millones de dólares que costaron los nuevos billetes del cono monetario se perdieron ya. Toca invocar la Ley Contra la Corrupción y castigar a quienes causaron un daño gigantesco al patrimonio público», dijo, mediante su cuenta de Twitter.

Siguen pasando los días y el Gobierno ha vuelto ha hablar poco sobre la reconversión monetaria a pesar de los problemas. La confusión, la incertidumbre y la ansiedad generadas entre la población por la forma en que el proceso fue manejado antes de la prórroga pudieran volver pronto, si es que aún no lo han hecho. ¿Habrá otra reconsideración de última hora?