La firma Ecoanalítica estima que, en promedio, los venezolanos están usando 82,9% de sus ingresos para adquirir alimentos, y 6,3% para pagar transporte. «Las necesidades se han reducido al punto de la supervivencia. Calculamos una contracción del consumo privado de 10,3% en 2017», señala la empresa en un informe sobre el desempeño de la economía nacional el año pasado.
A pesar de que en términos nominales el ingreso mínimo legal subió 402,7% durante 2017, Ecoanalítica calcula que el salario real perdió 75,9% de su poder de compra en el último trimestre, en comparación con el mismo período de 2016. ¿La razón? Una inflación a la que por primera vez en la historia venezolana se agrega el prefijo «híper» y que cerró el año en 2.399,2%.
A su vez, para la firma este fenómeno sin precedentes en Venezuela tiene su causa en la generación desbocada de dinero inorgánico. «La base monetaria desde junio de 2017, luego del anuncio e instalación de una Asamblea Nacional Constituyente y las elecciones de gobernadores, reflejó un aumento promedio mensual de 39,1% hasta el mes de noviembre. En comparación, el mismo período junio-noviembre de 2016 muestra una variación mensual promedio de 16,2%. Solo en la segunda semana de noviembre la base monetaria se incrementó en 18,9%. El último dato semanal del mes reportó un alza de 21,9%. Desde noviembre de 2016, la base monetaria ha crecido a un ritmo de 27,9% como promedio mensual, a la par de 22,1% de crecimiento de la liquidez», se lee en el documento.
Ecoanalítica argumenta que esta emisión desenfrenada se ve reflejada en los precios. Agregan que entre enero y noviembre la inflación mensual promedio fue de 29,4%, valor similar al total de 2011 y 2012.
