Caracas – Ver sacos de harina importada a la venta al público en supermercados se está volviendo una cotidianidad. «El detalle», como expresan los clientes o consumidores a diario, es el precio: 410 mil bolívares (Bs) la harina precocida y 560 mil Bs la de trigo (todo uso).
Sin duda, ambas presentaciones son buenas opciones para tener en casa la harina de preferencia, sobre todo considerando los precios por kilo de cada una en el mercado -1o mil la precocida y 12 mil la de trigo-, pero ¿de verdad se puede cubrir el pago de uno de estos sacos?
Seguramente habrá diversidad en respuestas con sus respectivos por qué. Sin embargo, quienes devenguen actualmente salario mínimo están distantes de adquirir, al menos, el de harina precocida.
Importante descatar que tras el aumento decretado el pasado 2 de julio por el presidente Nicolás Maduro, el salario integral de un trabajador quedó en 250.531 bolívares: 97 mil 531 Bs (sueldo mensual) y 153.000 Bs (bono de alimentación).
Esto permite inferir que lo mínimo requerido para costear la inversión de la harina precocida serían dos salarios integrales completos, curiosamente lo obtenido -por ejemplo- por una pareja de esposos o concubinos; quienes de hacerlo lo más probable es que se priven de comprar otros productos alimenticios, por no hacer referencia a recursos asociados a la recreación, un derecho fundamental para todo individuo.
Entonces, ¿cuántos sacos llevará? Su respuesta es el dardo indicado para atinar en lo enferma que está la economía del país.
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