En el vigésimo quinto aniversario del ascenso de Hugo Chávez al poder en Venezuela, el chavismo se encuentra en un momento crucial, enfrentando desafíos significativos para su continuidad. Bajo el lema «Por ahora y para siempre», Chávez juró como presidente el 2 de febrero de 1999, marcando el inicio de una era que ha sido elogiada como un éxito por algunos y criticada como una tragedia por otros.
El carismático líder militar capturó la atención con su promesa de erradicar la pobreza, ganando multitudes. Sin embargo, la realidad actual muestra a Venezuela sumida en una depresión económica sin precedentes y una crisis política constante, resultando en la migración de aproximadamente siete millones de personas de una población de 30 millones.
Mientras Nicolás Maduro busca un tercer mandato, obstaculiza a cualquier oposición que amenace la continuidad de la llamada Revolución Bolivariana. Maduro atribuye la situación económica a una «guerra no convencional» contra el «imperialismo» estadounidense, señalando las sanciones como la principal causa de los problemas del país.
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A pesar de una leve recuperación económica en 2022, la reducción del 80% en el PIB en la última década y la hiperinflación persistente han llevado al gobierno a permitir una dolarización informal. La industria petrolera, que solía ser la principal fuente de ingresos del país, también está devastada.
Benigno Alarcón, politólogo y profesor, califica al chavismo como una «tragedia importante» para Venezuela, criticando la falta de inversiones y mejoras en la infraestructura y capacidad productiva. La pobreza, aunque sin cifras oficiales, se estima en un 81,5% en 2022, según un estudio de la Universidad Católica Andrés Bello.
Rodrigo Cabezas, exministro de Finanzas de Chávez, distingue entre «chavismo» y «madurismo», señalando que la confrontación con Estados Unidos se utiliza para justificar la incompetencia y la deriva autoritaria del gobierno actual.
La situación política también ha suscitado preocupaciones sobre violaciones de derechos humanos, con el gobierno de Maduro bajo investigación de la Corte Penal Internacional por represión y otras denuncias.
A pesar de las críticas, la figura de Chávez sigue siendo omnipresente, con el lema «Chávez vive» resonando en la política venezolana. En este aniversario, el chavismo se enfrenta a la evaluación de su legado, que para algunos representa la esperanza de cambio y redención social, y para otros, una era de oportunidades perdidas y desafíos sin resolver.
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