Escasez de efectivo y gasolina ahoga a medios y empresas venezolanas

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Un hombre muestra bolívares, la moneda nacional venezolana, mientras espera cargar gas en una estación en Caracas, el 18 de julio de 2019. (Foto de Yuri CORTEZ / AFP)

Venezuela vive la peor crisis económica de su historia, la cual ha pasado factura a las empresas privadas, cuyos dueños deben enfrentar a diario una moneda nacional pulverizada por un dólar paralelo con un valor inestable y en ascenso, a lo que también se suman las limitaciones a la hora de surtir gasolina para garantizar la operatividad.

Por María Betania Jordán | LA PRENSA DE LARA

Esta crisis, que golpea de igual forma a los sectores agrícolas, comercio, ganadero, industrial, e incluso a medios de comunicación, se ha agudizado en el año 2020 con la llegada de la pandemia, que obligó al gobierno venezolano a establecer restricciones en aras de disminuir los índices de contagios de coronavirus, pero que terminó de fulminar una ya estropeada producción empresarial.

Los medios de comunicación son el ejemplo de un país en bancarrota que además está entre la espada y la pared porque tiene que pagar servicios, comprar insumos y herramientas de trabajo en dólares, pues a pesar que Venezuela no está dolarizada de manera oficial, todo se mueve en divisas, pero, la realidad es que hay empresas y periódicos que siguen ofreciendo su producto en bolívares en medio de una economía tan inestable que se le hace difícil sobrevivir. Y por si fuera poco, la falta de efectivo en la calle representa la guinda en el pastel de una Venezuela sumergida en el mar de la incertidumbre y el caos.

De acuerdo a Tinedo Guía, presidente del Colegio Nacional de Periodistas, aproximadamente 166 radioeléctricos, 18 televisoras y 42 periódicos han cerrado durante el último Gobierno, pues se han enfrentado no solamente a problemas económicos, sino también a la censura, los riesgos y la presión, lo que hace que redacciones se queden vacías, emisoras de radio apaguen su voz y televisoras paralicen su programación a pesar de las ganas de continuar.

La ONG Un Mundo Sin Mordaza ha reportado una violación sistemática a la libertad de expresión en Venezuela, agudizada con la pandemia, que ha llevado al cierre de al menos 13 emisoras y al bloqueo de unas 17 páginas web y redes sociales.

Tanque vacío

En medio de la cuarenta social, buscar una entrevista, tomar una fotografía e incluso mantener la operatividad se ha convertido en un desafío para todos los medios de comunicación. En múltiples oportunidades, los periodistas no han podido llegar al sitio de la noticia por no tener combustible para movilizarse, pues a pesar que están incluidos en la lista de sectores priorizados, sufren la exclusión en bombas administradas por el gobierno.

Según datos del Instituto, Prensa y Sociedad Venezolana (IPYS), al momento de decretarse la cuarentena en el mes de marzo, seis medios de comunicación tradicionales anunciaron cesar la difusión de sus informaciones por la falta de gasolina.

Los periódicos han apagado sus rotativas. IPYS también registró que en enero El Periódico de Monagas denunció la paralización de su versión impresa por la falta de insumos y papel, pero una vez repuesto el inventario, el 24 de marzo anunciaron la misma decisión, pero esta vez por falta de combustible. Es decir, ahora tienen papel, pero no gasolina.

Según los registros de IPYS, el 17 de marzo el Diario La Nación en Táchira anunció que paraba sus rotativas tras la dificultad de acceder al combustible.

El diario La Calle, publicó el 21 de marzo el cese de su distribución, pues quienes despachan el periódico a nivel nacional tenían cuesta arriba conseguir combustible para llevar a cada uno de los sitios el producto final.

Caso similar ocurrió en La Prensa de Lara, cuando el lunes 23 de marzo en su primera página anunció el cese de la distribución del periódico, pasando de cinco días de circulación a tres, pues ante la falta de gasolina no pueden distribuir a más de 220 puntos de ventas y a la misma vez movilizar a los periodistas y al personal. Hasta hoy el mismo escenario continúa en LA PRENSA, pues no son priorizados en las estaciones de servicio.

La estación radial Frenesí 107.9 FM en Carabobo y Luz Radio 102.9 FM también informaron que debían paralizar su programación en vivo ante la imposibilidad de acceder a la gasolina para movilizar al personal y continuar con sus labores informativas.

Ante eso, los medios de comunicación se han tenido que reinventar, para poder llegar al lugar de los hechos, muchos han optado por ir a sitios cercanos de la empresa, trabajar desde casa y quienes se encuentran en los estudios, en las redacciones y en las cabinas de radio han tenido que hacer uso de las llamadas y videollamadas con sus entrevistados para cumplir con su propósito de informar de marea oportuna.

Difícil acceso

La situación económica y la falta de gasolina no son las únicas limitaciones que actualmente tienen los medios de comunicación para seguir informando, sino que a eso se le suma la censura y el poco acceso a la información oficial. Tinedo Guía, presidente del Colegio Nacional de Periodistas, comentó que acceder, cubrir y publicar datos sobre coronavirus y gasolina en el país es sin duda complicado por la persecución a los periodistas que cuentan lo que otros quieren ocultar.

“Este año para los medios ha sido terrible porque las estadísticas no son confiables, muchos quieren engañar” dijo Guía del CNP.

1200 empresas han cerrado
En lo que va de año el panorama para el sector productor ha sido oscuro. Adán Celis, presidente de la Confederación Venezolana de Industrias (Conindustria) hizo un balance en el que estimó que el sector se contrajo en un 50% en comparación del 2019.

Celis comentó que 1200 empresas no aguantaron la paralización de la economía con la llegada de la pandemia y tuvieron que cerrar sus puertas. Aseguró que durante los últimos ocho meses solo han trabajado de manera continua los sectores priorizados, pero no con toda su capacidad instalada, sino solamente en un 25%.

El presidente de Conindustria comentó que en este tiempo de pandemia los sectores que no son priorizados han trabajado de manera intermitente y solamente entre un 54% y 15%.

Este panorama oscuro se traduce en que miles de familias que dependían de las empresas que han cerrado sus operaciones se han quedado sin ingresos. En el caso de los medios de comunicación tradicionales la historia es similar, pues quienes han tenido que cesar sus operaciones también se ven afectados.

Tinedo Guía, presidente del Colegio de Profesores aseguró que esas familias se quedan sin percibir ingresos, pero que a su vez también personas externas, por ejemplos personas que venden periódicos también se ven afectados.

Hay otros medios de comunicación que no han cerrado, pero a pesar que aun siguen trabajando han tenido que reducir su nómina y personal importante y honesto se han quedado guindando.

Hoy son muchas las redacciones que están vacías, al igual que los puestos en los canales de televisión y emisoras de radio, pues poco a poco han tenido que salir de varios trabajadores porque la escalada del dólar y la pulverización del bolívar los tienen contra la espada y la pared y no pueden aguantar porque las ganancias no dan.

Hay medios que siguen trabajando a pesar de no tener los ingresos suficientes, pero hacen un esfuerzo para poder seguir emitiendo información oportuna.

Representantes del Colegio de Periodistas y demás organizaciones esperan que pronto los medios de comunicación y las demás industrias que han cerrado su producción vuelvan a renacer para mejorar la economía en el país.

Periodistas recurren al teletrabajo

Los medios de comunicación se han tenido que reinventar, crear planes de contingencia y empezar con el teletrabajo para poder cumplir con sus funciones e informar a la colectividad ante la pandemia y la falta de combustible.

A través de la sala de su hogar o cualquier otro espacio, los periodistas han tenido que implementar estrategias a distancia para poder obtener las informaciones, pero también han tenido que enfrentarse a los constantes cortes de energía eléctrica y las fallas del servicio de internet.

Tinedo Guía, presidente del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) dijo que quienes se mantienen en calle en medio de la pandemia también han tenido que cambiar la modalidad de su trabajo “tienen que cubrir su micrófonos para evitar contagios”, pues explicó que cualquier entrevistado puede ser positivo para el coronavirus y no saberlo.

Guía dijo que es el esfuerzo que tienen que hacer los medios de comunicación y los periodistas para buscar la realidad, es un trabajo que requiere el doble de esfuerzo. También se apoyan a través de vídeos e informaciones que envían las comunidades cuando tienen problemas.

Publicidades y anunciantes bajan

Parte de los ingresos que reciben los medios de comunicación en el país es a través de las publicaciones de publicidades y anuncios, pero en los últimos meses eso también se vino a pique.

Los comerciales en las televisoras, cuñas en las radios y avisos en los periódicos generan ganancias a los medios con el fin de cubrir gastos, pero Tinedo Guía, presidente del Colegio Nacional de Periodistas contó que eso también ha impactado, “los anunciantes han bajado mucho y eso afecta en especial a los medios impresos” dijo Guía.

Hay medios impresos que podían tener varias páginas de sus ediciones completas en solamente anuncios, publicidades y avisos, pero hoy el panorama es otro, pues son pocos los que llegan.

Lo mismo sucede con las publicidades en la radio, pues ellos deben ofrecer planes para que las personas puedan acceder. Hoy quienes más inviten en anuncios son empresas consolidadas que tienen el poder adquisitivo para poder cancelarlas, así como también de los negocios nuevos para mostrarse, pues las publicidades en las redes sociales también son una competencia.

Desde el Colegio de Periodistas esperan que nuevamente los medios de comunicación vuelvan, hasta el punto de poder competir unos con otros como se hacía en años anteriores, pues quien tuviera la primicia era el elegido por los lectores, televidentes y radioescuchas.

Con información de La Prensa de Lara.