La gasolina sigue sin llegar a los productores

Los agricultores y otros grupos ha tenido que recurrir a medios hasta ilegales para conseguir combustible y trabajar

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Cortesía

La llegada del combustible iraní que desde el 1° de junio el gobierno vende bajo un esquema dual de precios (uno subsidiado y otro dolarizado) no ha aliviado la severa escasez en los municipios productores del estado Táchira, de donde cada semana sale la mayoría de las hortalizas que se consumen en el país. Los pocos camiones y camionetas pickup​ que siguen atravesando el páramo tachirense ruedan con gasolina colombiana que los agricultores compran a contrabandistas en zonas fronterizas.

«No ha llegado gasolina ni a 5.000 bolívares ni a precio dólar, y si llegó no la han repartido», asegura Gerson Pabón, productor de hortalizas del Táchira. «No tenemos gasolina ni de la nueva ni de la vieja. La que usan los carros es colombiana. Aquí el que tenga algo de dinero y cómo bajar a surtir su vehículo en los sitios donde la puede conseguir compra gasolina colombiana. El que no tiene plata sencillamente no puede ir a la finca».

Esta situación a la que llegó Venezuela luego de 20 años de mala gestión y falta de mantenimiento en la industria petrolera nacional, la padecen los productores agropecuarios del occidente del país desde hace más de tres años. Paradójicamente, la escasez les ha obligado a acudir a los contrabandistas en el país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, pues sin combustible no pueden producir ni distribuir alimentos en un país que sufre hambre.

La gasolina que en Colombia cuesta 0,59 dólares la revenden en zonas fronterizas de Venezuela entre 75.000 y 100.000 pesos colombianos la pimpina de 25 litros, dependiendo de dónde se compre, precios que equivalen a 0,82 y 1,09 dólares, respectivamente, a un tipo de cambio de 3.673,49 pesos colombianos por dólar. Aun así, estos montos están por debajo de los precios que ofrecen bachaqueros de gasolina en otras zonas del país, que han llegado incluso a cinco dólares el litro.

La mayoría de los camiones que se usan en el páramo tachirense tienen un tanque de 100 litros, por lo que los productores necesitan comprar cuatro pimpinas y desembolsar hasta 400.000 pesos, que son más de 111 dólares.

Desde que empezó la cuarentena en marzo, Pabón ha llenado dos veces el tanque de 95 litros de la pickup que usa para transportar cilantro, perejil y apio; combustible colombiano que ha comprado a 100.000 pesos la pimpina de 25 litros. «No sabemos de qué octanaje es, pero es la única manera para subir a la finca y bajar lo que estoy produciendo, porque en las pocas gasolineras donde llega algo de combustible apenas dan 30 litros por persona y solo a los que se anotan en una lista en la alcaldía del municipio Jáuregui».

«El gobierno no le ha dado gasolina ni a 15% de los productores para que saquen las cosechas, a pesar de que dijeron que tendríamos prioridad. No hubo prioridad los primeros meses de la pandemia y no creo que la haya ahorita que llegó de Irán», agrega Pabón.

En medio de la escasez de gasolina, exacerbada durante la cuarentena por el coronavirus y que ha paralizado a 85% de los productores del Táchira, Nicolás Maduro anunció un nuevo esquema de venta de combustible con tres modalidades: un precio de Bs. 5.000 (0,025 dólares), uno «internacional» 0,50 dólares y un subsidio completo al transporte público y de carga.

En el Táchira, los conductores no han tenido acceso a gasolina subsidiada y se han reportado kilométricas colas en las ESA (estaciones de servicio alternativas). La Mesa de Combustible, que el lunes 8 de junio había informado que las bombas no laborarían durante toda la segunda por la cuarentena, informó que a partir del 15 de junio surtirán gasolina subsidiada en Bs. 5.000 por terminal de la Tarjeta de Abastecimiento de Gasolina, conocida como TAG o chip de combustible.

Indicó también que cada día se revisará el alcance de la gasolina para, si es necesario, poner un cono en la cola a fin de indicar que hasta allí se atenderá. Agregó que en las gasolineras dolarizadas, que venden el litro a $0,50, se atenderá según el último número de la placa del vehículo, un plan contrario al aplicado en el resto de los estados de Venezuela, donde, según el Ejecutivo nacional, no hay restricciones para pagar el combustible a precio internacional.

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