Al artesano William Camargo el desempleo y la difícil situación económica le obligó a reinventarse. Pronto comercializará sus productos por internet.
Dicen que las tormentas son necesarias en la vida y que ellas nos dejan grandes lecciones, expresión que reafirma William Camargo artesano, quien quedó sin empleo luego que la empresa multinacional donde trabajó por 14 años cerrará sus puertas en Venezuela, dejando a más de 500 trabajadores sin empleo.
Camargo, quien es de profesión técnico metalmecánico, nos cuenta conoció el oficio de la artesanía a través de sus pequeñas hijas de 6 y 8 años quienes a diario compartían con sus amigas del colegio pulseras y zarcillos que ellas mismas confeccionaban utilizando cuentas de plástico y nylon.
“Comencé improvisando collares, utilizando material orgánico como semillas, cordeles y pedrería que exhibía en la plaza de los museos los fines de semana y días de fiesta y vi complacido como gustaban mis creaciones, entonces decidí iniciar el negocio con seriedad”, dijo.
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Williams Camargo nos comenta que perfeccionó su técnica con tutoriales a través de la web lo que le permitió ampliar su negocio con el diseño de bisutería exclusiva de pulseras, collares, zarcillos y sortijas y aspira seguir avanzando.
“Tengo solo cuatro años con mi negocio, ya cuento con un taller, donde le doy empleo a 3 personas. Mis diseños ya están en toda Venezuela y pronto contaremos con un portal web porque mi meta este año es importar”, expresó.
Para este artesano, oriundo del pueblo de Santa Ana en el estado Táchira, la crisis económica que vive el país le ha permitido reinventarse y salir adelante. “Jamás me imagine que del sector metalmecánico yo podría tener un mejor futuro con la orfebrería, pero la vida da muchas vueltas, lo importante es aprovechar las oportunidades”.
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