Para garantizar el pan en sus hogares y el servicio a los habitantes, choferes que cubren la ruta Naiguatá-Anare están realizando adaptaciones en los neumáticos que les permiten darle segunda vida, mientras compran alguna «chiva» o son beneficiados por jornadas de la Gobernación.
Santiago Torres, fiscal de la línea, explicó que debido a toda la problemática para adquirir cauchos han optado por hacer injertos que consiste en agarrar uno rin 16, picarlo y meterle un rin 17. Quienes no lo hacen así, continúan rodando con ruedas lisas.
«La situación está muy difícil y hemos tenido que resolver para no parar las pocas unidades que quedan. Esto de los injertos es una manera de seguir rodando, pues con dos cauchos de segunda se hace este trabajo. Esto es insostenible, pero nuestras familias dependen de nuestro trabajo», lamentó.
Con información de La Verdad de Vargas.