Raquel García vive en Guatire y trabaja en Caracas, realizando su trayecto a la capital de lunes a viernes, pero relata que en los últimos dos años trasladarse a su trabajo se ha convertido en una carrera de obstáculos, ya que, se debe enfrentar todo los días a la escasez de unidades para trasladarse a su destino.
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García alega que además debe lidiar con el alto costo de los pasajes ya que la escasez ha motivado la proliferación de otras asociaciones civiles y carros piratas los cuales pueden llegar a cobrar entre 2500 y 2800 bolívares para subir a Caracas.
«Buena parte de mi salario lo gasto en transporte público y cada día es más difícil para mi sostenerme. He pensado en renunciar y dedicarme a otra actividad porque a final de mes las cuentas no me dan».
Solamente en un mes y sin contar los transportes internos esta joven puede llegar a gastar 56.000 bolívares en trasporte, esto sin contar que debe salir 3 o cuatro horas antes de su hora de entrada para poder llegar a tiempo a su trabajo.
Aunado a ello la situación se repite de regreso donde en ocasiones debe bajar de pie en la unidad si desea llegar a buena hora a su casa o sino corre el riesgo de no conseguir camionetas hasta su residencia.
«En las noches se debe llegar temprano porque los camioneteros alegan que muchas de las unidades están paradas por repuestos y la inseguridad hace de las suyas cuando cae la noche. Esta situación es una tortura», afirma.
Situación similar están viviendo personas que desean trasladarse de zonas rurales o aledañas al eje Guarenas-Guatire las cuales denuncian que les toca pedir colas y hasta montarse en camiones de carga como se traslada al ganado y otros animales de cria para poder acercarse hasta sus lugares de trabajo o incluso estudio.
Dicha situación fue reflejada también en un trabajo del diario El Universal, donde se relataba que en la ruta Miranda, que comprende zonas como Filas de Mariche, Petare y Palo Verde, los camioneros cobran hasta Bs. 600 por acercar a los pasajeros hasta una estación del Metro.
«Hay quienes utilizan su carro particular para llevar hasta cuatro personas tras la paralización de 70% del transporte público, por la falta de repuestos y cauchos», señaló.
En esta situación está Reina Noruega, líder vecinal del municipio Sucre, quien camina desde Filas de Mariche hasta la estación de Metrocable en La Dolorita para poder llegar a su puesto de trabajo.
«Luego voy a la estación Palo Verde con miles de vecinos que viajan en condiciones precarias. Otros van a pie hasta Petare a tratar de conseguir una camioneta que los deje en Altamira o Chacaíto, y de allí caminan por el bulevar de Sabana Grande para llegar a la oficina en Plaza Venezuela», dijo.
Salazar comentó que la gente paga mucho más en pasaje cuando necesita transporte superficial urgente. «Les cobran Bs 400, Bs 500 y hasta Bs 1.500 para irse rápido a su trabajo».
Explicó que es un problema creado por el Gobierno y no por los transportistas, porque aunque siempre presionen para aumentar las tarifas hasta Bs 600 o Bs 1.000 nunca podrán reunir el dinero para reparar sus unidades, pues cualquier repuesto supera el millón de bolívares. «Solo un litro de aceite está en Bs 30 mil», precisó.
Reimundo Carrillo, conductor y expresidente de la línea Miranda, relató por su parte que de 150 unidades apenas 30 prestan servicio durante el día, y por las noches solo dos conductores trasladan pasajeros por el municipio Sucre.
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