Westinghouse, la filial nuclear estadounidense del grupo japonés Toshiba, se declaró este miércoles en quiebra, anunciaron ambas compañías en un comunicado.
La compañía lanzó ante un tribunal de Nueva York el procedimiento para recurrir a la protección de la ley sobre quiebras de empresas.
«Hoy hemos tomado medidas para hacer frente a nuestros desafíos financieros, protegiendo al mismo tiempo nuestras actividades» declaró el presidente de Westinghouse, José Emeterio Gutiérrez, citado en el comunicado.
Un inversor no citado en el comunicado decidió aportar al grupo una financiación de 800 millones de dólares para hacer frente a esta fase, de la que espera «salir más fuerte».
La compañía fue comprada por Toshiba hace diez años en más de 4.000 millones de dólares.
Toshiba sigue teniendo graves problemas financieros y este miércoles anunció que teme una pérdida neta anual en este ejercicio de 1,01 billones de yenes (9.150 millones de dólares), debido a costes financieros relacionados con la quiebra de Westinghouse.
La tecnología desarrollada por Westinghouse está en el corazón de la mitad de los reactores nucleares del mundo.
Las acciones del conglomerado han perdido más de la mitad de su valor en el mercado desde diciembre pasado, cuando Toshiba alertó sobre fuertes pérdidas en Westinghouse y dijo que investigaba denuncias de un posible fraude contable.
Westinghouse, que emplea a unas 12.000 personas, también padece problemas por la demora en la construcción de los reactores AP1000 en Georgia y Carolina del Sur.
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