La noticia cayó como plomo: tras casi año y medio sin poder producir un solo vehículo y al menos tres sin poder repatriar dividendos a la casa matriz, General Motors Venezolana (GMV) anunció el cese inmediato de sus operaciones en el país, pese a lo cual garantizó el suministro de piezas y partes como lo establece la ley.
La estocada final que dio al traste con la operación de aguante que desde 2015 tenía la empresa fue el embargo de su planta y todos sus bienes, luego que un tribunal zuliano fallara a favor de un grupo regional allegado al gobierno en una disputa legal que data del año 2000, cuyo fallo dictamina que GMV deberá pagar la inverosímil cantidad de 476.000 millones de bolívares al demandante.
El cese de operaciones significa, entre otras cosas, que serán despedidos de manera inmediata los 2.700 operarios de la nómina, considerados entre el personal más especializado de toda la industria venezolana, que desde ya se suman a la lista de desempleados.
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Fundada en 1948, GMV fue hasta 2015 la mayor ensambladora del país, cuya capacidad de producción superaba las 120.000 unidades. Por 35 años fue líder en producción y ventas. De hecho, cuatro de cada 10 autos que circulan en el país llevan su emblema.
Este 18 de abril, la planta fue tomada de forma sorpresiva por las autoridades para dar cumplimiento a la orden de embargo y asumieron el control de las instalaciones, sustrayendo incluso vehículos que se encontraban en las instalaciones.
El embargo fue dictado en total desconocimiento al derecho a la defensa y al debido proceso, causando un daño irreparable a la compañía, a sus 2.678 trabajadores, a sus 79 concesionarios que representan la red de servicio más grande del país con más de 3.900 trabajadores y, a sus proveedores que representan más del 55% de la industria de autopartes en Venezuela.
«Por lo anterior, General Motors Venezolana anuncia el cese inmediato de sus operaciones en el país, y asegura (en la medida que las autoridades lo permitan) el total cumplimiento de las obligaciones legales asociadas a la finalización de la relación laboral con sus trabajadores, debido a causa ajena a la voluntad de las partes», señaló la empresa en un comunciado.
GMV dijo que ejercerá todas las acciones legales dentro y fuera de Venezuela en contra de la medida.
La compañía confía en que en el tiempo prevalecerá la justicia y regresará para continuar liderando el mercado venezolano. Mientras tanto, GMV a través de sus concesionarios continuará brindando servicios de posventa y repuestos para todos sus clientes.
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