La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos ha decidido no reducir las tasas de interés hasta que esté segura de que la inflación disminuye de manera sostenida hacia su objetivo del 2%.
Esta determinación surge tras el cierre del año 2023, en el que la economía estadounidense creció un 3,1% en términos del Producto Interno Bruto (PIB), según la Oficina de Estadísticas Económicas (BEA).
La segunda estimación del crecimiento económico para los cuatro trimestres del año no mostró cambios con respecto a la cifra inicial. Sin embargo, la revisión del último trimestre indicó un crecimiento del 3,2%, una décima menos que la estimación inicial y significativamente menor que el 4,9% registrado en el trimestre anterior, lo cual estuvo por debajo de las expectativas de los analistas.
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La corrección refleja principalmente una disminución en la inversión privada en inventarios, compensada en parte por revisiones al alza en los gastos de los gobiernos estatales y municipales, así como en el gasto de los consumidores.
El aumento en el gasto de los consumidores, tanto en servicios como en bienes, fue uno de los principales contribuyentes al crecimiento económico, destacando los servicios de alimentación y alojamiento, así como la atención sanitaria.
Por su parte, la Fed ha indicado en las actas de su primera reunión del año que no planea reducir las tasas de interés hasta que la inflación descienda de manera sostenible hacia su objetivo del 2%. Aunque el comité ha afirmado su compromiso de devolver la inflación a dicho objetivo, deja abierta la posibilidad de futuras subidas si las condiciones económicas lo requieren.
El PIB es uno de los indicadores clave que la Fed evalúa de cerca, junto con la inflación, que en enero se situó en el 3,1%, después de alcanzar el 3,4% en diciembre.
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