Hay venezolanos sin electricidad durante 15 de las 24 horas del día en estados como Mérida. En Maracaibo, las fallas de luz ocurren sin cronogramas oficiales. Esos cortes provocan enfermedades y afectan las rutinas, reprochan los afectados.
Gisella Robles, una venezolana de 59 años, vive estresada. A sus preocupaciones cotidianas por el trabajo, el dinero o su familia, se suma un ingrediente impensable en la mayor parte del mundo: los apagones.
«Es horrible, no sé qué estará pasando”, dijo el jueves por la mañana, mientras esperaba por el transporte público en el oeste de Maracaibo, frente a una tienda de ropa íntima.
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Abundan en estas semanas los cortes eléctricos de cuatro o más horas en su ciudad, capital del estado más poblado de Venezuela, Zulia.Las interrupciones del servicio eléctrico, en realidad, no han cesado del todo en ciudades venezolanas como Maracaibo desde la crisis del sector de 2009, admitida por el entonces presidente de la República Hugo Chávez Frías.
Desde febrero, cuentan los afectados, los apagones han sido más frecuentes y extensos. Son sorpresivos.
“No tienes hora. Pueden ser en la mañana, mediodía, como en la noche o la madrugada. No es como antes, cuando se oficializó un cronograma de racionamiento. La gente se preparaba”, detalla Gisella.
El Estado venezolano se refiere desde hace años a esos racionamientos bajo el eufemismo de “administración de carga”. En Maracaibo, ocurren por sectores y suelen dejar a oscuras cuadras enteras de dos a cinco horas, como promedio.
Gisella se confiesa agotada. No puede dormir bien por las noches cada vez que ocurren los cortes eléctricos. Las fallas han averiado ya un aire acondicionado, una nevera y un congelador de su vivienda, en el barrio popular El Gaitero.
“No dormí bien. Una hasta se pone de mal humor, se enferma. He estado mal con la cabeza por estos calores”, indica.
Las temperaturas rondan los 35 grados centígrados en Maracaibo, donde la humedad también se eleva hasta un 70%.
Los gobiernos de Chávez y Nicolás Maduro imprimieron un tono de secretismo y confidencialidad a sus reportes sobre la crisis eléctrica. Los ministros y voceros oficiales suelen culpar a sus opositores políticos y a poderes extranjeros, como Estados Unidos, de las graves fallas del servicio.
Con información de VOA
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