Prolongación de la Cota Mil ha consumido $10.000 millones y la obra está abandonada

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Se estima que el proyecto de prolongación de la avenida Cota Mil, en Caracas, desde Cotiza a Maiquetía, ha consumido 10.000 millones de dólares. Luego de varias paralizaciones temporales, la obra está abandonada. Ni Chávez, ni Maduro, ni las empresas contratadas cumplieron lo ofrecido. Hoy la gente de las zonas vecinas acude al lugar a buscar lo único que se encuentra allí: agua

Muchos trabajos e historias se han publicado sobre la avenida Boyacá, mejor conocida como Cota Mil, obra icónica de Caracas, que también ha sido objeto de estudios en foros y talleres organizados por expertos en las áreas de arquitectura y urbanismo.

Entre esos expertos se encuentra el arquitecto Víctor Artis, quien durante su ponencia en un foro denominado “Conexión Cota Mil con vialidad alterna al Litoral”, realizado el mes de marzo de 2011, ofreció parte de la historia de la avenida Boyacá. De dicha ponencia se tomaron unos datos de interés, que utilizamos en este trabajo:

“En 1938 el Gobierno Nacional contrató a un grupo internacional de arquitectos urbanistas, que presentaron un plan para el desarrollo de la ciudad conocido como ‘Plan Rotival’, donde se proponía la construcción de ‘La Carretera al pie del Ávila’, hoy conocida como la avenida Boyacá o Cota Mil.

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Luego, en 1951 se construyó el primer tramo ‘Tiro al Blanco-Maripérez’, para facilitar la construcción de la Estación del Teleférico.

El Ministerio de Obras Públicas (MOP) en 1965 creó la ‘Oficina Obras Cota Mil’, para que se encargara de adelantar los estudios y proyectos de la avenida y procediera a la construcción de la obra, organismo que se encargó de la construcción de la vialidad, desde el Distribuidor Baralt hasta La Urbina, así como sus conexiones para la autopista Petare-Guarenas y los enlaces con la autopista Francisco Fajardo, avenida Río de Janeiro y Rómulo Gallegos.

El 18 de octubre de 1973, el para entonces presidente Rafael Caldera inauguró la avenida Boyacá, con una longitud de 14,5 kilómetros, pero cuyo proyecto original planteaba el empalme con el Litoral Central.

Terminado este tramo de la obra, se planteó la necesidad de culminar la construcción de la avenida mediante su enlace con la autopista Caracas-La Guaira y el sistema La Planicie, que es lo que se denomina Tramo Baralt-Catia o Prolongación de la avenida Boyacá.

Entrada de los túneles de la Prolongación de la Cota Mil en Caracas

Por la evidente necesidad de continuar la Cota Mil hasta la Autopista a La Guaira, el Ministerio de Transporte y Comunicaciones, encargó realizar dos proyectos. El primero al Ing. Orlando Orozco en 1973 y el segundo a OCOIDESA en 1983. El proyecto Orozco bordeaba las partes altas de La Pastora y Lídice, requería mover grandes volúmenes de tierra y afectaba 1.600 viviendas. El proyecto OCOIDESA, quedaba al sur de la solución Orozco y hubiera afectado a 1.400 viviendas.

También planteaba una fuerte modificación del terreno y utilizar muros de tierra armada de gran altura. Por intervenir cuatro quebradas grandes y otras pequeñas obligaba a construir colectores marginales y otras obras hidráulicas muy costosas.

En 1985, una vez analizados minuciosamente ambos estudios, el Ministerio de Transporte y Comunicaciones decidió elaborar un nuevo proyecto, que requería desplazar 700 familias a ser reubicadas en el cerro Macayapa o donde propusieran los afectados, se llevó a cabo un amplio censo socioeconómico y un catastro muy complejo, así como estudios de mercado para adquirir inmuebles a precio justo y con el consentimiento de los afectados.

En el segundo periodo presidencial de Rafael Caldera (1994-1999), se intentó reactivar el proyecto para culminar la ampliación de la Cota Mil hasta empalmar con el viaducto de La Guaira, pero los desacuerdos políticos, así como la resistencia de las familias habitantes de los terrenos que debían ser afectados, no permitieron se arrancaran los trabajos, que quedaron paralizados”.

Entrada de los túneles de la Prolongación de la Cota Mil en Caracas

Teixeira Duarte no cumplió

El año 2005, ya con Hugo Chávez como presidente de Venezuela, fue convocado un concurso con el propósito de acopiar soluciones para una nueva autopista al litoral. La solución ganadora fue la que propuso prolongar la Cota Mil hasta el litoral sin empalmar con la vía actual.

Seis años más tarde, el 16 de julio del 2011, Hugo Chávez aprobó 1.032 millones de bolívares fuertes, para que se culminara la obra, con la esperanza que poder inaugurarla en el 2015.

Según las declaraciones del entonces ministro de Transporte y Comunicaciones, Francisco Garcés, en el mes de septiembre del 2011, ya se había comenzado el proceso de licitación para ejecutar la obra.

Los trabajos de esta nueva etapa se iniciaron en enero de 2012, con la contratación del consorcio empresarial portugués Teixeira Duarte, que no culminó las obras.

Hugo Chávez falleció el 5 de marzo del 2013 y la responsabilidad de culminar estos trabajos recayó sobre Nicolás Maduro, electo presidente el en 14 de abril de 2013.

El 4 de junio de ese año durante un acto en el estado Vargas, Nicolás Maduro anunció que estaban realizando todos los procesos para buscar recursos internacionales para completar la obra “que necesita la patria”.

El 13 de agosto de 2015, el entonces ministro de Transporte Terrestre y Obras Públicas, Haiman El Troudi, informó que la prolongación de la arteria vial registraba un 30% de avance y que su primera fase sería inaugurada en septiembre de ese mismo año.

Informó que había sido contratado un consorcio conformado por la empresa Teixeira Duarte, representada por su presidente Pedro Maria Teixeira Duarte, y la constructora Precomprimido, encabezada por el ingeniero Pedro Torres.

El periodista Nelson Bocaranda en su columna Runrunes, publicada el 18 de junio de este año, señaló que en los próximos días se presentaría una querella legal por la no culminación de los trabajos de la extensión de la Cota Mil. Y allí saldrían a relucir civiles y militares ligados al gobierno de Nicolás Maduro:

“Viene por allí una mil millonaria demanda contra la empresa portuguesa Teixeira Duarte a la que otorgaron la construcción y operación del Puerto de La Guaira, y a la que también entregaron la construcción de la prolongación de la avenida Cota Mil, desde Cotiza a Maiquetía. Montos cercanos a los 10.000 millones de dólares pagados, de los que no hay rendición de cuentas por parte de los ministros y funcionarios públicos de los regímenes de Chávez y Maduro.

Inversiones hechas en propiedades y bienes raíces en Caracas con esos dineros están en la mira de las autoridades. El escándalo que provocará involucra a civiles y militares ligados al régimen venezolano. Por ejemplo, los 18 kilómetros de la Cota Mil tuvieron un costo estimado en 7.000 millones de dólares. La obra comenzó y se abandonó tras construir solo uno de los tramos”.

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