Las sanciones financieras impuestas por el departamento del Tesoro de EE.UU. al gobierno de Nicolás Maduro suponen la revisión del trabajo de muchos segmentos de la economía nacional. Los temas financieros son los más sensibles pues los negocios con Venezuela son susceptibles de ser revisados con mucho detalle por parte de los ejecutores de las sanciones.
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El sector importador también está afectado no solo por las sanciones sino por el derrumbe de la economía venezolana.
Según cifras del BCV, emitidas el martes, el desplome del PIB nacional entre 2013 y 2018 fue del 47%. Esto ha impactado directamente en el sector importador no petrolero, el cual se contrajo 89% entre 2012 y 2018.
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Una fuente empresarial informó a Descifrado que “el volumen del envío de alimentos, medicinas o cualquier insumo está mermando en estos momentos debido a la suspensión de los vuelos directos entre Estados Unidos y Venezuela. Un servicio puerta a puerta que se tardaba tres días si llegaba vía avión entre Miami y Caracas ahora va a tardar mucho más pues el servicio tiene que reformularse. Ahora saldrá de Estados Unidos y habría que buscar alternativas como un segundo punto de envío como República Dominicana, Panamá o cualquier destino del caribe pues la necesidad del mercado venezolano sigue latente”.
Añadió el informante que “todo será más lento y costoso pues habrá que triangular. Ciertamente las sanciones con hacia el gobierno nacional y contra el Banco Central pero de forma colateral afecta al sector privado. Estamos preparados para seguir trabajando en este contento, esperando tiempos mejores, las rutas alternas e importaciones son la alternativa para los venezolanos”.
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