Resultado de elecciones colombianas podría afectar considerablemente comercio con Venezuela

0
1473

Las elecciones presidenciales en Venezuela, que se realizarán con la mayoría de la dirigencia opositora indispuesta a participar, no son las únicas que se han posicionado como tema de opinión pública nacional. Este año también hay comicios para determinar quiénes serán jefes de Estado en Colombia, México y Brasil. En los tres casos hay candidatos de izquierda que encabezan sondeos de intención de voto y que son percibidos como potenciales aliados del Gobierno venezolano, tanto por oficialistas como opositores.

Colombia, país con el que Venezuela tiene su frontera más relevante desde el punto de vista económico, es la que más ha llamado la atención. Ahí, en un ambiente cada vez más polarizado, todo indica que será una contienda entre el exalcalde de Bogotá y exguerrillero Gustavo Petro, por un lado, y el senador por el Centro Democrático (partido del expresidente Álvaro Uribe), Iván Duque, por el otro.

Cualquiera que sea el resultado, es previsible un impacto considerable en las relaciones entre Colombia y Venezuela, que han venido deteriorándose al menos desde el año 2015, con un enfriamiento especialmente agudo durante el año pasado. Con la frontera cerrada al tráfico vehicular, las tensiones han tenido su correlato comercial. La Cámara de Integración Económica Colombo-Venezolana calcula que el comercio entre los dos países se contrajo 32,75% en 2017, al pasar de 802 millones de dólares a 539 millones. En 2014 este indicador ascendía a 2.429 millones.

En reiteradas ocasiones Gustavo Petro ha manifestado opiniones favorables al chavismo y al gobierno de Nicolás Maduro, aunque en otras se ha distanciado. Si el otrora comandante del Movimiento 19 de Julio llegara al Palacio de Nariño, pudiera haber una mejora en el trato con Caracas. Ello a su vez podría al menos desacelerar la caída brusca en el comercio entre ambas naciones, sobre todo si se establecen negociaciones para acordar la normalización de la situación fronteriza.

Sin embargo, esta lectura tiene sus matices. Para empezar, la capacidad importadora de Venezuela se ha contraído drásticamente por la crisis económica, un menor poder adquisitivo tanto del sector público como del privado y la sequía de divisas, todos factores que no tienen nada que ver con Colombia. Además, la estampida de venezolanos hacia el país vecino ha convertido la frontera en un serio problema de seguridad y orden público para Colombia y hasta la ha llevado a cerrar la frontera desde su lado por breve tiempo. No está claro cómo Petro manejaría tal situación.

En cuanto a una victoria de Iván Duque, solo cabe esperar mayor deterioro de relaciones bilaterales. El partido del abanderado de la derecha se ha caracterizado por un tono mucho más fuerte hacia el chavismo que el que ha caracterizado al gobierno de Juan Manuel Santos. De hecho, Duque ha prometido impulsar las denuncias contra el Estado venezolano en la Corte Penal Internacional si resulta electo. La crisis humanitaria en Venezuela a menudo es un tema abordado por el nominado en su campaña.

Si los lazos con Colombia se debilitan aún más es probable que se endurezcan las restricciones fronterizas, lo cual incidiría de forma negativa en el comercio ya alicaído. El chavismo suele argumentar entre las razones para el cierre los movimientos de supuestos paramilitares colombianos, a los que culpa por la inseguridad. En el discurso oficial abundan los señalamientos de vínculos entre el entorno de Álvaro Uribe y el paramilitarismo.

También se debe tener en cuenta que la frontera terrestre con Colombia se ha vuelto la principal puerta de salida para venezolanos empobrecidos y ansiosos por emigrar. Un cierre limítrofe total o al menos mayor al ya existente podría redirigir la avalancha migratoria hacia Brasil o alentar a más venezolanos a optar por la peligrosa travesía en embarcaciones irregulares hacia Curazao o Trinidad.

Duque ha expresado que, si bien Colombia debe actuar con «fraternidad» hacia los venezolanos que huyen, su país no puede ser el único amortiguador del éxodo.

Piedras en el camino de Petro

La candidatura de Gustavo Petro tuvo ayer una primera muestra de que tal vez no está tan bien encaminada como las encuestas han mostrado. En las elecciones primarias de la coalición conservadora hubo una participación de casi seis millones de personas, de los cuales más de cuatro millones fueron para Duque. La agrupación izquierdista atrajo en cambio un poco más de tres millones de sufragios. Petro venció en este conjunto pero no llegó a tres millones de votos.

Aunque muchos venezolanos opositores han establecido en tono de alarma paralelismos entre Colombia hoy y Venezuela en 1998, hay contrastes marcadas entre ambas situaciones que dificultan a Petro lograr lo mismo que Hugo Chávez entonces. Para empezar, a diferencia de Venezuela, en Colombia existe una derecha conservadora con soporte fuerte entre las masas y que rechaza fuertemente las ideas de izquierda.

Además, Venezuela en los años 90 atravesó un período caracterizado por inestabilidad económica, crisis bancaria y aumento de la pobreza. En cambio, Colombia acumula desde la década pasada varios años de crecimiento de su producto interno bruto y mejoras de infraestructura. La ausencia de crisis hace más cuesta arriba que un discurso populista y de cambio radical cale entre el electorado.

Por último, el sistema de dos vueltas es otro escollo que no se vio en Venezuela. Petro podría obtener más votos que Duque en la primera ronda, pautada para el 27 de mayo, y aun así salir derrotado en la segunda, que será el 17 de junio. Ello dependerá de que tan exitoso sea su rival en granjearse el apoyo de quienes no votaron por ninguno de los dos en la primera vuelta.