Francisco Rodríguez: la dolarización frenaría la hiperinflación

El economista recomendó volver la mirada al exitoso caso ecuatoriano.

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Economista Rodríguez:

La dolarización de la economía sería a juicio del experto en el área Francisco Rodríguez, una medida que deberían contemplar las autoridades venezolanas como un mecanismo para atacar el «colapso» que atraviesa el país.

Recomendó que se fije la mirada en el caso de Ecuador, nación de características similares a las de Venezuela, por ser una economía «altamente especializada en petróleo», según destaca en su  artículo publicado en la revista especializada Americas Quarterly, reseñado por El Universal. 

«Allí, el presidente Gustavo Noboa, implementando la decisión de su predecesor Jamil Mahuad, reemplazó el sucre por el dólar estadounidense en marzo de 2000, después de que crisis monetarias y bancarias dejaran a la economía sumida en una profunda recesión con una rápida aceleración inflacionaria. Al igual que Venezuela, Ecuador no había visto inflación de un dígito por dos décadas cuando se implementó la dolarización. En contraste, durante la última década bajo la dolarización la inflación de Ecuador ha promediado 3,8 por ciento», explicó.

En el artículo publicado en la revista especializada Americas Quarterly, estima el economista Jefe de la firma Torino Capital, que «tal vez más importante es el hecho de que en Ecuador la estabilización macroeconómica vino junto con el crecimiento económico.

Desde la dolarización en el año 2000, el ingreso per cápita del país ha crecido 114%, el cuarto mejor desempeño entre los 11 países de Sudamérica. En contraste, el ingreso per cápita de Ecuador había caído 17% en las dos décadas previas a la dolarización.

Por otro lado, la pobreza en Ecuador ha descendido en más de cuatro quintas partes desde la dolarización, sacando a más de tres millones de ecuatorianos de la pobreza extrema», argumentó Rodríguez.

Beneficios y costos

Explicó que una decisión de este tipo trae consigo, aparte de beneficios, determinados costos. «Es cierto que Venezuela pagaría costos a largo plazo al sacrificar su capacidad de determinar su propio tipo de cambio y política monetaria. Pero en cualquier decisión de política pública se deben evaluar sus costos y beneficios. El beneficio de adoptar un anclaje irreversible en este momento es que detendría en seco la hiperinflación, evitando el alto riesgo de la contracción que podría producirse si el gobierno desea estabilizar la economía y mantener la moneda».

-Contrario a otros episodios de dolarización, Venezuela podría emprender este proceso con un tipo de cambio que represente una mejoría significativa en el poder de compra de sus ciudadanos, al mismo tiempo en que se mantienen los sueldos en dólares a niveles competitivos. Con solo $3 mil millones -un tercio de las reservas internacionales depositadas actualmente en el Banco Central- (el país) podría cambiar la totalidad de los depósitos y dinero circulante en la economía por dólares a un tipo de cambio de 68 mil bolívares por dólar, muy por debajo de la tasa no oficial de 237 mil bolívares.

«En otras palabras, incluso si Maduro se las arreglase para despilfarrar dos tercios de las reservas internacionales existentes antes de dejar el poder, todavía sería posible para el nuevo gobierno cambiar los bolívares de la población por casi cuatro veces la cantidad de dólares que se podrían comprar con esos mismos bolívares en el mercado negro».

Insiste en que la economía local atraviesa «la mayor contracción económica registrada en la historia de América Latina. Entre 2012 y 2017, el PIB per cápita cayó masivamente en 38%, diez puntos más que la contracción sufrida por los Estados Unidos durante la Gran Depresión (…)»

Rodríguez no ve viable que algún Plan de Estabilización que aplique el actual gobierno resulte exitoso, porque dependerá que haya compromiso de mantener bajo control el gasto público, y la credibilidad que tal compromiso genere. Rodríguez hablará del tema en el foro ¿Dolarizar para Estabilizar? El Petro ¿realidad o fantasía?, que tendrá lugar mañana en la Universidad Metropolitana. IAP