Solo 25% de unidades de transporte están operativas en Margarita

Según dirigente sindical del sector, algunos transportistas se vean obligados a alquilar cauchos hasta por 80.000 bolívares diarios, para poder prestar el servicio.

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La situación del servicio de transporte público en Margarita se ha agudizado en los últimos días con la desincorporación de aproximadamente el 75% de las unidades, como consecuencia de la marcada escasez de repuestos, cauchos y lubricantes, según publica el diario El Sol de Margarita.

José Luis Isase, presidente del Sindicato Único de Trabajadores del Transporte en Nueva Esparta (Suttene), aseguró que cada día se hace más complicada la prestación de ese servicio, ya que la demanda sobrepasa al número de unidades disponibles.

Detalló que en los mejores tiempos, la flota de los afiliados a la confraternidad del transporte superaba las 1.200 unidades, mientras que actualmente no llegan a 400, y estimó que diariamente son desincorporadas al menos tres unidades, con lo cual se restringe aún más el transporte colectivo en la isla de Margarita.

«No poseemos la cantidad de unidades necesarias. Hasta hace algunos meses en el estado, con todo y la desincorporación de las mismas teníamos un estimado
de 580 operativas, y en estos momentos se han reducido al menos a 400 unidades», insistió el dirigente sindical.

Ante esa situación, desde la semana pasada comenzaron a implementar planes de contingencia, para trasladar la mayor cantidad de pasajeros y despejar las paradas.

Explicó que las unidades hacen viajes directos de comunidad a destino, y viceversa, sin hacer paradas intermedias, lo que ocasiona incomodidades en muchos usuarios y hace que los trabajadores lleguen tarde a sus sitios de trabajo.

Según indicó,  algunos transportistas se vean obligados a alquilar cauchos por hasta 80.000 bolívares diarios, para poder prestar el servicio y ayudar a despejar las paradas, sobre todo en las llamadas «horas pico».

Destacó el peligro que corren los usuarios del servicio, al abordar unidades que no ofrecen la comodidad ni seguridad mínima necesaria, y lo peor es que les cobran tarifas muy por encima de las establecidas.