¡Caída libre! Sepa cómo ha bajado Venezuela en el indicador de felicidad de la ONU

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Crisis económica ha deprimido el ánimo de la población

Venezuela es el cuarto país menos feliz de Latinoamérica, según el Informe Mundial de Felicidad 2017 que elabora la Organización de Naciones Unidas (ONU) y divulgado este lunes. Tiene una calificación en tal sentido de 5,250 sobre 10.

De 155 países en el índice, Venezuela está en la posición 82. En la región, solo hay menos alegría en República Dominicana(86), Honduras (91) y Haití (145).

Costa Rica es el país más feliz de América Latina, en el lugar 11 mundial, con una calificación de 7,079. Le siguen Chile (20), Brasil (22), Argentina (24) y México (25), todos por encima de 6,5 puntos. En el puesto 28 figura Uruguay, en el 29 Guatemala y en el 30 Panamá.

En la parte media-baja de la tabla se encuentran Colombia (36), Nicaragua (43), Ecuador (44), El Salvador (45), Bolivia (58), Perú (63) y Paraguay (70).

El país más feliz del mundo es Noruega, con 7,537 puntos. El menos feliz, República Centroafricana, con 2,693.

Barriga llena, corazón contento

En 2007 una entrada en la edición para el año siguiente del Libro Guinness de Récords Mundiales llamó la atención de los venezolanos. El país colectivamente estableció un récord como «el país más feliz del mundo». Con un ejemplar del libro en la mano, el ministro Oropeza destacó: «De acuerdo con el libro Guinness, para el año 2008 Venezuela tiene el récord como país con la población más feliz».

El artículo señalaba que con base en unas encuestas que realizó la organización Guinness se estableció que 57% de los venezolanos encuestados dicen ser bastantes felices. Voceros del oficialismo se han jactado del récord en varias oportunidades desde entonces.

Todavía por esos días Venezuela vivía lo que pudiera considerarse el auge del chavismo. El país llevaba tres años gozando de una espectacular alza en los precios del petróleo que aumentó considerablemente los ingresos del país y desplegar políticas sociales de enorme alcance. Ya había control de cambio pero la abundancia de dólares creó una ilusión de prosperidad, con subsidios por doquier (incluso para viajar al exterior). No extraña que un año antes Hugo Chávez hubiera sido reelecto con 62,84% de los votos frente al 36,90% de Manuel Rosales (aunque el oficialismo, por razones más políticas que económicas, ese mismo 2007 perdió un referéndum consultivo para reformar la Constitución).

Una década más tarde, el panorama es muy distinto. La escasez de todos o casi todos los productos de primera necesidad, las colas para conseguirlos, así como la pulverización del poder adquisitivo por la inflación han tenido un marcado efecto en de los venezolanos.

En 2015, Venezuela ocupó la posición 25 en el informe de la ONU (que se hace desde 2012). Al año siguiente cayó al puesto 44, y ya va por el 82. El correlato político de esta realidad ha sido el desplome de la popularidad del sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, y del oficialismo en general.

En 2013, Maduro creó el Viceministerio de la Suprema Felicidad Social. «He decidido crear el despacho del Viceministerio, y lo he llamado así en honor a nuestro comandante Chávez y a Bolívar, el Viceministerio para la Suprema Felicidad Social del pueblo venezolano, de coordinación de las misiones y grandes misiones presidencial que tendrá el objetivo de la suprema felicidad social».

Poco después, el jefe de Estado criticó un artículo de la BBC que, según él, se burlaba del concepto de «suprema felicidad social». Estas declaraciones las hizo desde las obras de la Línea 5 del Metro de Caracas, cuya ejecución ha sido tan rápida como el viceministerio en hacer sentir sus efectos, como evidencia el descenso de Venezuela en el listado de la ONU.

Maduro también ha criticado comentario negativos sobre el despacho en Europa, donde, asegura, a los gobiernos no interesa la felicidad de la gente. Sin embargo, muchos países del Viejo Continente están bien por encima de Venezuela. España, cuyo gobierno es blanco frecuente de las ofensas de Maduro, está en el puesto 34. De los diez primeros países, siete son europeos.