Actuar contra el contrabando es la función principal por la cual la Vicepresidencia de la República, de la mano de Delcy E. Rodríguez Gómez, creó un espacio inter institucional para combatir este flagelo y los delitos económicos transfronterizos. Dicho Estado Mayor Contra el Contrabando, activado ante el Consejo Nacional de Economía Productiva, ha coordinado varios esfuerzos entre el Gobierno y el empresariado para eliminar el contrabando de carne porcina de los Estados Unidos, el cual conlleva nocivos impactos sobre la economía y la vida nacional.
Ya el Estado Mayor Contra el Contrabando ha logrado importantes resultados en este asunto, como el prohibir la entrada de salchichas y embutidos del Brasil, pero ahora, carne porcina, que puede llegar a tener hasta dos años congelada ha comenzado a entrar al país. Dicho producto no tiene los permisos sanitarios correspondientes, además de ser una muy dudosa calidad para el consumo humano.
El mismo Jefe de Estado, Nicolás Maduro Moros ha afirmado que “El contrabando es muy nocivo para el productor nacional, por lo que la FANB tiene que identificar dónde están las mafias del contrabando”. Ante esto, el propio ministro de la defensa, Padrino López afirmó que la FANB ya está movilizada y lista para desplegarse en esta nueva operación dentro de una estrategia que calificó como “mano de hierro contra el contrabando”, y anunció la instalación de un conjunto de puntos a lo largo de la frontera en el territorio nacional donde se desplegaran las acciones logísticas anti contrabando, involucrando a todas las instituciones del Estado.
Sin embargo, la aparición de carne de cerdo de los EEUU, y en menor cantidad del Canadá, afecta de manera grave al sector cárnico porcino y pone en riesgo alrededor de 100.000 puestos de trabajo que, directa o indirectamente, dependen de esta área económica y alimenticia. Esta carne de cerdo que entra, no solamente por la frontera terrestre entre Colombia, particularmente por los estados Táchira y Zulia, sino también es vendida puerta a puerta, incumple todas las normas fitosanitarias que exigen las autoridades de la República; tampoco cumple con la cadena de frío y puede presentar graves problemas a la salud de la población.
Ya las autoridades adscritas al Estado Mayor Contra el Contrabando han detectado que esta carne de cerdo se está triangulando hacia Venezuela de manera ilegal, donde además de violar cualquier parámetro de bioseguridad, se agrega el agravante de ser un producto que tiene más de dos años de almacenamiento, es decir congelada.
El problema comenzó a ser evidente en 2022, cuando carne importada desde EEUU y sin ningún tipo de identificación legal, era vendida en diversos expendios de comida. La industria porcina de EEUU y Canadá ha estado muy afectada los últimos 18-24 meses con un exceso de oferta de carne, y han implementado la práctica de dumping para drenar parte de ese exceso de oferta de carne de cerdo hacia otros países, entre ellos Venezuela.
Gobierno nacional atento
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La vicepresidenta Rodríguez definió tres ejes de acción en la lucha contra el comercio ilegal: uno, el control en las fronteras y sobre el territorio, el cual, dijo, es responsabilidad del Estado; dos, el control en los anaqueles para evitar que los comerciantes ofrezcan productos de contrabando a los consumidores, que definió como una responsabilidad de los empresarios; y tres, campañas de información dirigidas a los consumidores sobre los impactos sobre la salud de productos que están llegando a Venezuela, sin cumplir normas sanitarias ni requerimientos de las leyes venezolanas.
El gremio empresarial afecto al sector porcino se ha sumado con ideas y propuestas a la lucha contra el contrabando, el comercio ilegal y la defensa de la producción nacional, destacando el rol que el Estado Mayor Contra el Contrabando tiene para fortalecer la industria productiva y el valor agregado nacional.
El contrabando de este tipo de carne de cerdo, además de golpear con crudeza al sector y poner en riesgo la salud de los venezolanos, puede llevar al gremio porcino a pérdidas inconmensurables, que podrían afectar en dos o tres años su recuperación, con las consecuencias que para todos esto trae.
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