Durante años la isla de Margarita fue considera como un paradisíaco oasis vacacional. Hoy en día su belleza permanece, pero se muestra velada por el daño ambiental.
El biólogo marino, Francisco Mantilla, señala que desde hace tiempo la isla cuenta con leyes y normativas cuyo norte es la protección del Borde Marino Costero. Sin embargo, el comercio, la construcción indebida, la contaminación y la falta de controles sanitarios desataron serios riesgos para el ecosistema local.
«El objetivo de dichas normativas es claro: proteger las playas de la isla y devolverle su operatividad en la medida de lo posible«
Mantilla destaca que las normas a las que se refiere están enmarcadas en la Ley de Playas y la Ley para el Ambiente. Los referidos textos legales señalan qué acciones son aptas y cuales no dentro de dichos espacios, igualmente se determina cuál debe ser el trato que trabajadores y turistas deben tener con las playas de la isla.
Recuperación de las playas arenosas
El daño a las playas arenosas es una constante temática de estudio para académicos en el área.
Son muchos los cuidados que ameritan estos espacios y que lamentablemente no sé cumpliendo por parte de las autoridades.
Mantilla apunta que el daño de dichas playas está en aumento y a pesar de las ordenanzas «uno de los factores a tener en cuenta es la concienciación de sus ocupantes, dado que son ellos quienes hacen vida en estos lugares y por ende son los principales responsables del daño que sufre el ecosistema».
Planes de acción
Expertos han determinado que la isla de Margarita no es apta para malecones, extracción de arenas e intrusiones en sus dunas. De seguir con estas actividades se podrían causar daños ambientales irreversibles, que podrían incluso perjudicar la salud humana.
Mantilla relata que actualmente lo que se busca es elaborar un Plan de saneamiento de playas, que permita evaluar el estados de los bordes costeros de la isla, para posteriormente determinar los focos de contaminación y emprender las acciones de cuidados necesarias.
Destaca que es fundamental el informar qué se está haciendo en pro del mejoramiento de los espacios marinos. «Informar permitirá que los bañistas tengan conciencia de sus acciones y de la necesidad de cuidar las playas», agrega.
Uno de los casos más graves en la actualidad es el que se registra en el sector El Morro, Playa Concorde de Porlamar, donde un tribunal penal del Ambiente y el Ministerio Público exhortaron a las autoridades municipales a detener el daño pero aún no se ejecutan las medidas cautelares dictadas.
Antecedentes de contaminación
Anteriores inspecciones en la playas de la isla, específicamente el caso de Playa Concorde, sector El Morro, determinaron que los comercios que allí operaban habían creado pozos sépticos Ilegales, así como tuberías que enviaban las aguas negras al mar en vez de a las plantas de tratamiento.
Sumado a ello, hay registros de operatividad fuera de los límites establecidos para los ambientes de playas arenosas.
Mantener la operatividad de las playas en la isla es una responsabilidad de todo aquel que la ocupa.
Trabajar en base a las normas establecidas, cuidar los espacios y crear conciencia entre los bañistas es una tarea que debe implementarse para devolver el esplendor a la Perla del Caribe.
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