Vicente Brito, presidente de la Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución, asegura que el aumento observado de desempleo causado por el cierre total o parcial de más de 100 mil empresas en los últimos 3 años, es sin duda por el efecto que tiene la hiperinflación en la economía del país.
“Se estima en alrededor de un millón de puestos de trabajo los que se perdieron por el cierre total o parcial de estas empresas, lo cual lo podemos observar a lo largo y ancho del país. Lo preocupante es que más del 90% de estas son pequeñas con menos de 10 trabajadores, estando ubicada buena parte de ellas en la actividad productiva”, indica.
“Estas empresas que cerraron definitivamente o parcialmente son de los siguientes sectores económicos: agrícolas, ganaderas, pesca, avícolas, porcinas, transporte de carga, talleres conexos a las actividades aquí señaladas, constructoras, comercios, empresas que trabajan para la industria petrolera, metalmecánica, etcétera”, insiste.
Brito recalca que “la mayoría de estas empresas afectadas por el proceso hiperinflacionario están ubicadas en el interior del país, lo cual trae consecuencias sociales por cuanto la capacidad de generar empleo en nuestras regiones es limitada, observando que solo se crean puestos temporales en las actividades promovidas por las alcaldías, gobernaciones y cuando se presenta oportunidades eventuales en la actividad informal, tales como labores agrícolas para siembra o cosecha, contrataciones cortas en reparaciones o mejoras de inmuebles, o cualquier actividad vinculada a la informalidad”.
“Las cifras de desempleo en las regiones rondan entre un 13% y el 15%, alcanzando en algunas zonas rurales hasta el 20%. La informalidad esta alrededor de un 50% del total de la masa laboral, o sea que en algunos estados del país dos terceras partes de la población no tienen un empleo estable o no trabajan”.
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“La hiperinflación esta golpeando más severamente a las empresas privadas, al encontrarse estas sometidas a incrementos de costos constantes y con limitaciones para la venta de sus productos, bien sea por la caída de la demanda o los controles de precios y regulaciones al cual han estado sometidas. Las empresas públicas reciben todos los recursos que necesitan vía Banco Central (bolívares inorgánicos) para sostener sus elevadas perdidas”, asevera.
“Podemos observar en que las empresas publicas solo producen entre un 10% y 20% de sus capacidades instaladas a pesar de la inmensa cantidad de miles de millones que consumen cada mes, en cambio las empresas privadas se sostienen muchas de ellas a perdidas y logran alcanzar entre el 80% y el 90% de lo que se produce en el país”, agrega.
Concluye que “la desbordada inflación no solo afecta a las empresas, también tiene consecuencias devastadoras en la población, lo cual se hace evidente en la caída del consumo por perdidas crecientes y permanentes del ingreso familiar. Con sus consecuencias en los muy elevados niveles de pobreza que tenemos y la cada día mas reducida calidad de vida”.
Con información de La Patilla
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