Angustia de venezolanos se agrava en cuarto día de masivo apagón,#10Mar

Los hospitales que tienen plantas generadoras las usan sólo para emergencias.

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Sin luz, agua, incomunicados; los venezolanos cumplen este domingo cuatro días de un apagón sin precedentes que amenaza con prolongarse, aumentando las angustias que padecen por la severa crisis política y económica que golpea al país petrolero.

La suspensión masiva del servicio eléctrico, la peor registrada en el país de 30 millones de habitantes, comenzó el jueves a las 04:53 pm locales (20H53 GMT), tomando ribetes dramáticos, reseña un cable de AFP.

Los hospitales que tienen plantas generadoras las usan sólo para emergencias. El país está prácticamente paralizado con negocios cerrados y poco transporte, sin actividades laborales ni escolares. Entre la población, la preocupación aumenta porque la comida empieza a dañarse y el agua escasea.

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«He pasado tres noches de mucha angustia. Estoy muy nerviosa porque esta situación no se resuelve, la poca comida que tenemos en la nevera se nos va a echar a perder. ¿Hasta cuándo vamos a soportar esto?», declaró a la AFP Francisca Rojas, una jubilada de 62 años que vive en el este de Caracas.

La crisis energética se convirtió en el nuevo pulso por el poder entre el presidente Nicolás Maduro y el líder opositor Juan Guaidó, jefe parlamentario reconocido por más de 50 países como «presidente interino» de Venezuela.

Maduro denunció «ataques electromagnéticos» al «cerebro» de la hidroeléctrica del Guri, ubicada en el estado Bolívar, la mayor de Venezuela y la segunda de América Latina, después de Itaipú (Brasil-Paraguay).

Guaidó y expertos responsabilizan al gobierno por falta de inversiones y mantenimiento, y por corrupción, ante recurrentes interrupciones del servicio eléctrico, principalmente en el interior del país, pero las autoridades denuncian constantes actos de «sabotaje».

La descomunal falla eléctrica viene a castigar aún más a una población que sufre por la escasez de medicinas y alimentos, y la hiperinflación.

«Cada día peor. Tenemos los peores servicios del mundo: sin luz, sin agua, a veces sin gas», dijo a la AFP Edward Cazano, de 20 años, quien vive con su madre y sus tres hermanos menores en el barrio popular caraqueño de Pinto Salinas.

Muchos supermercados están cerrados porque no disponen de plantas generadoras. Nadie puede retirar dinero de los cajeros ni usar ningún tipo de tarjetas, en un país donde las transacciones electrónicas son vitales incluso para operaciones pequeñas porque no hay dinero en efectivo.

En un país con un éxodo de 2,7 millones de venezolanos desde 2015 según la ONU, la incomunicación es angustiante. Intentando captar señal de sus teléfonos móviles, muchos autos se estacionan al borde de la autopista Francisco Fajardo, la principal de Caracas, donde hay repetidores cerca.

«Tengo a mi hijo a y mi hermano fuera de Venezuela, y quieren saber de nosotros. Además, quiero ver alguna noticia», declaró a AFP la joven Bernardette Ramírez.

En Caracas y su periferia, donde viven seis millones de personas, seguía suspendido el Metro, lo que obliga a la gente a largas caminatas. Largas filas de autos se forman en algunas pocas estaciones de servicio que funcionan, ante el temor de que pronto falte la gasolina.

Decenas de personas están aún varadas en el aeropuerto internacional de Maiquetía ante la suspensión de varios vuelos.

Ante la prolongación de la crisis, el presidente Maduro anunció la distribución de alimentos subsidiados en barrios populares, agua y asistencia a hospitales.

El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez anunció que Venezuela denunciará a Estados Unidos por el apagón y presentará las «pruebas del sabotaje» a una misión de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU que llegará al país.

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