Las importaciones reales, es decir, ajustadas en función de los índices de precios de Estados Unidos, han llegado a su nivel más bajo de la historia: están 30% por debajo del récord mínimo marcado en 1990, según reveló el banco de inversión Torino Capital en su más reciente informe semanal.
Este comportamiento obligó al banco a revisar sus previsiones para cierre de año, previendo que las compras externas caerán 28,9%, a $12,6 millardos en bienes y $7,7 en servicios. Entre 2012 y 2017, las importaciones habrán caído 76,2%.
De acuerdo con el banco, las importaciones venezolanas de bienes y servicios registraron una contracción de 28,6% en agosto con respecto al mismo mes del año pasado, acumulando $773 millones; caída superior al promedio de los siete meses previos (27%). Además, si se compara con el pico de 2012, el recorte asciende a 81,5%.
Los niveles de agosto resultan aún más dramáticos si se toma en cuenta que se trata de un mes típicamente alto en términos de compras externas. La data ajustada por estacionalidad revela una caída de 29% desde enero a $714 millones, el segundo nivel más bajo de la serie desde octubre de 2016, un mes en el que el país tuvo que hacer importantes pagos de deuda externa.
“Puede que no sea fácil mantener los actuales niveles de producción con importaciones tan bajas, haciendo más probable una peor caída del Producto Interno Bruto”, advierte la firma, en especial en el área petrolera, ya que resultará difícil mantener un bombeo estable si no se puede conservar las importaciones de bienes intermedios y de capital.
“Otra fuente de preocupación es la capacidad política para mantener estos niveles”, acota el informe. Sin embargo, el gobierno ha podido mantenerse en el poder sin necesidad de revisar su estrategia de priorizar el pago de deuda externa sobre las importaciones.
