Estados Unidos anunció este viernes que otorgó el permiso a la canadiense TransCanada para la construcción del oleoducto Keyston XL, dando así la aprobación final a un proyecto que había sido congelado por el anterior gobierno de Barack Obama.
Tras una nueva revisión del proyecto, el subsecretario de Estado Thomas Shannon otorgó el permiso presidencial, concluyendo entre otras cosas que «servirá al interés nacional», indicó el Departamento de Estado.
Además de los serios problemas ambientales que traerá el oleoducto, sus detractores aseguran que contribuirá a reducir los precios del crudo, no solo porque aumentará las reservas de EEUU sino porque el país dispondrá de más petróleo en sus refinerías del Golfo de México que podrá envíar a otros mercados.
El proyecto prevé la construcción de un oleoducto de 1.900 km, 1.400 de los cuales en Estados Unidos, hasta las refinerías de la costa del Golfo de México.
Según TransCanada, este proyecto contribuirá con 3.400 millones de dólares en el producto bruto interno estadounidense.
Keystone XL fue durante mucho tiempo un tema espinoso entre Washington y Ottawa. Ferviente defensor de la industria petrolera, el ex primer ministro canadiense Stephen Harper, argumentó varias veces ante la administración Obama para defender la causa TransCanada. Sus esfuerzos fueron en vano.
Siete años después del primer pedido, Obama se rehusó en noviembre de 2015 a concederle a TransCanada el permiso presidencial necesario para iniciar los trabajos alegando que «no es del interés nacional».
TransCanada respondió en enero de 2016 en los tribunales de Estados Unidos con una demanda de 15.000 millones de dólares por daños y perjuicios. AFP – JH
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