La mesa de negociación entre el gobierno y la oposición de Venezuela se encuentra en un punto muerto debido a las exigencias de ambas partes.
El presidente Nicolás Maduro condiciona el regreso al diálogo a la liberación de los fondos venezolanos congelados en el extranjero y la concesión de licencias a la petrolera estatal Pdvsa para vender la cantidad de crudo producido que ahora mismo no tiene salida.
Estados Unidos, por su parte, necesita gestos del gobierno oficialista, como la liberación de presos y el levantamiento de inhabilitaciones a políticos de la oposición, para liberar el dinero con el que se crearía un fondo supervisado por la ONU destinado a combatir la crisis social y económica que vive Venezuela.
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En medio de la crisis, Colombia ha desplegado todo su arsenal diplomático para resolver la crisis venezolana y ha establecido fuertes relaciones con el chavismo.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, tomó la iniciativa para llevar a Venezuela a lo que él llama una democracia liberal y se ha reunido varias veces con Maduro.
Jorge Rodríguez, mano derecha de Maduro, solicitó la concesión de licencias para vender petróleo venezolano, lo que sería un balón de oxígeno para las maltrechas arcas del país.
El País
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