Aunque la tradición del Black Friday no es venezolana, los ciudadanos tiene tres años consecutivos aprovechando las ofertas previas a la temporada navideña. «Lo hemos ido adaptando», opinó al respecto Tiziana Polesel, presidente de Consecomercio.
El Black Friday sirve a los negocios para disponer de un abultado flujo de caja; para captar más ingresos y cancelar beneficios de fin de año (utilidades o bonificaciones) a sus empleados.
Polesel resaltó que el Black Friday tuvo su origen en el extranjero y se estimula con financiamiento bancario. «Eso comenzó en EEUU y se hace con créditos al consumo, con deudas que se pagarán en diciembre». Sin embargo, en Venezuela la política pública del chavismo sobre el encaje legal -superior al 90%- le impide a las instituciones financieras aportar su grano de arena para un mejor desarrollo de esta tradición.
La burocracia y el poco tiempo de trabajo:
Los empresarios venezolanos dedican 75% de su tiempo en concretar trámites burocráticos para mantener la formalización de sus negocios, según estimaciones de Polesel.
«Cuando lo lógico es que el 80% del tiempo se dedique a conocer y atender las necesidades de los clientes», señaló la presidente de Consecomercio.
Además, la empresaria destacó que los comerciantes informales aspiran a regularizar sus negocios para cuidar sus marcar, acceder al crédito y poder exportar sus bienes.
