Puede que las autoridades peruanas aún no estén listas para declarar al izquierdista Pedro Castillo ganador de las elecciones presidenciales, pero los ricos no van a esperar el anuncio oficial, y ya están sacando su dinero de cuentas locales y enviándolo al extranjero a un ritmo que rara vez se ha visto en una de las economías más estables de América Latina.
El éxodo ha contribuido a que el sol caiga un 8,4% desde abril, cuando se celebró la primera vuelta electoral, convirtiéndola en la moneda de peor desempeño en los mercados emergentes, pese a las reiteradas intervenciones del banco central para apuntalarla.
Estas intervenciones, junto con una caída de los depósitos en dólares en los bancos locales, han reducido las reservas internacionales de Perú en los últimos tres meses.
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