Academia Nacional de Medicina le preocupa compra de prototipos vacunales para el país

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Cortesía / Tomado de Alberto News
Cortesía / Tomado de Alberto News

La Academia Nacional de Medicina (ANM) hizo público un comunicado para rechazar el uso de vacunas no probadas y sin basamento científico en la población venezolana. La organización expresa su preocupación específicamente con respecto a la vacuna rusa EpiVacCoronona, pues el pasado 5 de junio, se informó que la administración de Nicolás Maduro había cerrado un trato con la Federación Rusa para la compra de 10 millones de dicha dosis.

“A diferencia de otras vacunas legítimas contra la COVID-19, se sabe muy poco de la llamada EpiVacCorona. Este es un producto biológico “minimalista” que se basa en tres pequeños segmentos (péptidos) de la proteína S de la espiga, que los investigadores rusos piensan que serán suficientes para conferir protección contra la COVID-19”, afirma el comunicado de la ANM.

La academia además destaca que lo único que se sabe de la EpiVacCorona es que el primer voluntario en utilizarla fue el embajador ruso en Venezuela. “Tampoco se conocen los términos del contrato ni la información científica en la cual se basó la decisión del gobierno para adquirir esta candidata a vacuna”, se lee en el texto.

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La base de datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) describe que la EpiVacCorona se evaluó en Rusia, entre agosto de 2020 y febrero de 2021, en una fase 1-2 con un total de tan sola 100 voluntarios humanos. Los resultados preliminares fueron publicados en marzo de 2024 en una revista científica rusa poco conocida, aunque noticias de prensa de ese país rápidamente anunciaron que la vacuna era 100% eficaz. Sin embargo, la base de datos de la OMS indica que la fase 3, que es necesaria para determinar si el producto es verdaderamente eficaz, se realizaría entre noviembre 2020 y septiembre 2021, con la participación de tan solo 3.000 voluntarios.

La Academia Nacional de Medicina asegura que existe preocupación, tanto por el diseño científico de la vacuna, como por la ausencia de pruebas clínicas adecuadas. “Una vacuna “minimalista” podría no inducir una respuesta inmunológica lo suficientemente fuerte o duradera como para conferir protección, sobre todo contra las variantes del virus. Más aún, todavía no existe ninguna evidencia de eficacia protectora y el número de voluntarios podría no ser suficiente para detectar posibles efectos adversos. Nos llama la atención que en este caso no continuaron los protocolos sustentados con evidencias científicas que se siguieron con la vacuna Sputnik V”, afirma el comunicado.

La ANM le recordó al gobierno que ofrece su asesoría científica para la selección de vacunas que ya hayan demostrado seguridad y eficacia.

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