El inicio del año escolar 2019-2020 estuvo inmerso de un panorama oscuro. Fallas en la infraestructura y también en la distribución del Programa de Alimentación Escolar (PAE).
Los bajos salarios de docentes dieron pie a una serie de paros gremiales en el país que golpearon la continuidad del cronograma escolar.
Y la estocada fue una suspensión presencial para ir a clases online a raíz de la pandemia del coronavirus, recapituló La Prensa de Lara.
La formación del estudiante
La falta de dotación tanto en las escuelas y liceos públicos pasó factura en la educación venezolana una vez que el Gobierno nacional anunció que por la cuarentena social ante la covid-19 las clases presenciales pasarían a distancia, pues tanto los docentes como estudiantes no cuentan con las herramientas tecnológicas suficientes para llevar un proceso de enseñanza y aprendizaje online.
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Luis Arroyo, presidente del Colegio de Profesores calificó este año escolar como el más golpeado, pues desde el primer día de clases hubo conflictos de los docentes por el tema reivindicativos que incluso algunos se negaban a volver a las aulas de clase hasta no tener una respuesta.
Con el pasar de los días se iban evidenciando las carencias «porque las escuelas tienen fallas en los techos, pisos y baños y tampoco tienen dotación de material didáctico ni deportivo«.
Desde que fue anunciado el cambio de modalidad de la educación tradicional a la de distancia, los docentes y estudiantes se enfrentaron a la lucha contra las fallas de la conectividad del internet.
Según datos de Speedtest, para el mes de febrero la velocidad de banda móvil del país se ubicó en el puesto 139 a nivel mundial y en la banda ancha fija ocupó el puesto 175, mientras que para los meses de la pandemia el consumo aumentó y la velocidad es más débil.
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El otro factor que influyó en las clases a distancia fue la ausencia de computadoras y celulares en profesores y estudiantes, pues ante la situación económica del país, no todos tienen el poder adquisitivo para comprarlos y quienes tienen los equipos no cuentan con dinero para pagar planes de datos, lo que trajo como consecuencia que los contenidos del tercer momento quedaran en el aire.
Con esfuerzo
Hay quienes utilizaron sus uniformes viejos y les tocó reutilizar sus cuadernos para ir a la escuela y liceos e incluso muchos llegaron con el estómago vacío con el fin de cumplir con su asistencia.
En el caso del tercer momento, hay quienes quitaban computadoras prestadas, acudían a un vecino que contaran con internet o utilizaban los mensajes de texto para comunicarse con sus profesores y así por cumplir con las asignaciones escolares.
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