A una semana del aumento de la gasolina, expertos ven necesario corregir el alto diferencial de precios

Expertos coinciden en la necesidad de corregir el enorme diferencial de precios para evitar elementos de corrupción.

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Se cumple una semana del arranque del nuevo esquema de precios de la gasolina en Venezuela. Y las estaciones de servicios, que en su mayoría habían permanecido cerradas por la cuarentena ante el COVID-19, siguen surtiendo de combustible a los usuarios.

Largas colas aún se observan en los diversos estados del país buscando adquirir la subsidiada a 5 mil bolívares el litro, pero también hay quienes han acudido a las bombas autorizadas para la gasolina premiun a 0,50 centavos de dólar el litro.

En medio de las complejidades, los venezolanos han ido adaptándose a la modalidad de precios y participación por días, de acuerdo con el último número de la placa del vehículo, asumiendo los límites por mes, entendiéndose que los carros particulares solo pueden acceder a 120 litros y las motos a 60.

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Ha sido un debate caluroso. El economista y exministro de Industria, Víctor Álvarez; y el presidente de la firma Datanálisis y también especialista financiero, Luis Vicente León, dan su mirada analítica a este tema, en conversación con el equipo de plataformas digitales de Globovisión.

Ambos coinciden en la necesidad de corregir el enorme diferencial de precios para evitar elementos de corrupción: “En la frontera de Colombia y Brasil un litro cuesta hasta 0,70 centavos de dólar, razón por la cual ni siquiera el precio de 0,50 en Venezuela detendrá el contrabando”, argumenta Álvarez.

A su juicio, el combustible subsidiado de 5 mil bolívares, equivalente a 0,2 centavos de dólar, y la dolarizada que quedó en 0,50 centavos el litro, 20 veces más, se distancian en el valor. 

“Está más que comprobado que los temas diferenciales en precios generan incentivos perversos a la corrupción, tal como pasaba con Cadivi que fijaba una tasa subsidiada a la que solo tenían acceso algunos privilegiados quienes luego revendían las divisas baratas que capturaban en un precio mucho más caro en el mercado paralelo, acumulando así jugosas ganancias”.

“Hay irracionalidad en el nuevo precio, eso está a la vista, una botella de litro y medio de refresco cuesta hasta 250 mil bolívares, cantidad con la que se puede comprar 50 litros de gasolina», abunda.

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«Es importante corregir el enorme diferencial de precio;  de lo contrario, lo más probable es que la ilusión de la gasolina barata dure poco, tienda a desaparecer o solo se acceda en las estaciones de servicio dolarizadas»

Podríamos ver el regreso de vendedores ambulantes, pimpineros, revendiendo al detal y en dólares los combustibles subsidiados de transportistas y carros”, advierte Álvarez en este aspecto.

Propone subsidiar directamente el transporte de carga y oficiales con transacciones directas que se financiarían, “no con dinero inflacionario por parte del BCV sino con los ingresos que recauden al internacionalizar el precio de los combustibles”, dijo.

“Si el precio de la gasolina del mercado interno se iguala al nivel que tienen en la frontera, no solo se erradicaría el contrabando de extracción sino también se generarían al menos 1.300 millones anuales que bien podrían servir para dolarizar los salarios de los trabajadores, modernizar el precario sistema de transporte público en los 365 municipios del país y repotenciar las refinerías para una solución de mediano y largo plazo a la escasez de combustible”, agregó Álvarez.

Entre tanto, Luis Vicente León, también economista y analista político, sostiene que la discusión en Venezuela alrededor de la gasolina no es nuevo. 

“La verdad ha estado siempre a la sombra de la posibilidad de un disparo de la realidad social o de la inquietud de la realidad social del tema de precios, lo cual, en mi opinión, ha sido un error que además estamos pagando con la destrucción de la capacidad productiva de las refinerías, la incapacidad para hacer inversiones, el sobredimensionamiento de la demanda de combustible en el país y la reducción de las exportaciones”, indica.

“Era un tema económicamente insostenible pero políticamente muy sensible”, acota Léon. Aunque las cuentas siempre asustan, señala que era este un momento porque “la gente está viviendo la ausencia total de la gasolina, las múltiples horas para esperarla, el riesgo o miedo de no poder conseguirla en el futuro, y se abrió la mente a la discusión”.

Léon responde que “es más baja porque no la hay, la gente quiere conseguirla y está dispuesta a pagar por un precio un poco más justo, sobre todo cuando el mercado negro la cotizaba hasta 3 dólares el litro y en el internacional no llega ni a 1,50; además de los riesgos de ese mercado, lo complejo y lo peligroso por la manipulación de gasolina. Y explosiones que ya se habían visto en Caracas”.

Aunque digamos que la población ya estaba preparada para encarar este debate, Léon considera que quedan elementos claves por corregir. 

Uno de ellos, es que la gasolina aún sigue por debajo de los precios internacionales y en eso tiene acercamiento con la intervención de Álvarez, “se requiere internacionalizar el precio de la gasolina y a la vez subsidiar a la población vulnerable”.

“El subsidio eficiente es el directo en transferencia de recursos para adquirir el producto a precios de mercados, no con precios discriminados que crean otro Cadivi. Incrementar la gasolina es una necesidad evidente y subsidiar a la población vulnerable es indispensable, pero plantear una estrategia de mercado discriminado (y discriminante) genera la paradoja de ayudar a los pudientes (y conectados con mercados negros) más que a los necesitados», expresó

Con información Globovisión

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