El economista y profesor de la Universidad de Buenos Aires, Martín Krause, en su visita a Caracas recordó que Venezuela ocupa el puesto 183 de 191 en el Índice de Calidad Institucional (ICI), mientras que Chile (26), Costa Rica (36) y Uruguay (39) son las naciones latinoamericanas mejores ubicadas en el referido renglón.
En el primer puesto del ICI esta Nueva Zelanda, la nación oceánica junto a Suiza y Dinamarca se han alternado los primeros tres lugares durante 25 años «lo cual es curioso porque uno no sabe cuáles son los presidentes de esas naciones (…) lo que ocurre es que son países en donde sus instituciones funcionan al margen de quién este el poder, por eso uno ni siquiera conoce quiénes son los mandatarios», dice Krause.
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Para el argentino el populismo lleva a las naciones al colapso económico. Krause explica que en los años 1980 hubo hiperinflación en varios países de Latinoamérica y le preocupa el corte o estilo populista con el que arribaron al poder político tanto el líder derechista Jair Bolsonaro en Brasil y en la acera de enfrente el izquierdista Andrés Manuel López Obrador en México.
«El populista despilfarra dinero y después tiene que venir uno que tiene que ajustar, y cuando lo hace se siente el dolor del ajuste y entonces la gente quiere… bueno, que vuelva el populista y otra vez volvemos al mismo ciclo, son países que están atrapados en eso y no logran salir, pero hay algunos que si lo han hecho y tienen varias décadas de crecimiento». Perú y Colombia son economías que funcionan «sin mayores inconvenientes».
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En Venezuela se deben cambiar las políticas económicas y recordó que la Alemania de postguerra continúo con andamiajes de su pasado nazi, tales como: controles de precios, tarjetas de racionamiento y la moneda «era un desastre» pero aplicaron una reforma para reestructurar su economía «hay que aprender de esas experiencias».
Las regulaciones lejos de ayudar a las sociedades van gradualmente sofocando las economías, explica Krause, terminan por desestabilizar el valor de la moneda nacional y obligan a los ciudadanos a buscar respaldo de sus ahorros en divisas. En el caso venezolano: el dólar y el euro lideran la demanda.
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