Segunda reconversión monetaria repite errores de 2008 y viene con otros nuevos

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Foto de @PresidencialVen en Twitter

Otra más. Una segunda reconversión monetaria en apenas 10 años fue ordenada por el presidente Nicolás Maduro. A pesar de que varios especialistas advertían que era necesario algún tipo de ajuste de esta naturaleza debido a la incapacidad de indicadores de precios, cajas registradoras, impresoras fiscales y demás para llevarle el paso a los montos hiperinflacionarios, la medida es puramente cosmética si no va acompañada por muchas otras reformas monetarias y fiscales urgentes.

Para muestra un botón: la reconversión de 2008 fue, al igual que esta, presentada por el Gobierno como una panacea que acabará con los problemas del bolívar. Pero, sin los demás cambios necesarios, ninguna expectativa se cumplió. Por otro lado, hay contrastes contextuales y procedimentales que diferencian el proceso de 2008 con el que anunció Maduro ayer… No precisamente para bien.

  • La primera reconversión fue anunciada por Hugo Chávez en marzo de 2007 y el nuevo cono monetario empezó a circular en enero siguiente. Es decir, hubo un plazo de nueve meses para traer los billetes al país. Ahora se estableció un período de menos de tres meses.
  • Hace diez años, Venezuela venía de la mayor bonanza petrolera de la historia. El producto interno bruto acumulaba años de alza pujante y había dólares en abundancia para importar el papel moneda. Actualmente, por el contrario, el país atraviesa la peor depresión económica registrada en su historia, marcada por una fortísima escasez de divisas que haría mucho más difícil traer los billetes nuevos. Cabe recordar todos los retrasos en la incorporación de las piezas de Bs 500 y demás en 2016.
  • A pesar de lo expuesto en el punto anterior, en 2008 la lentitud en la introducción del cono nuevo obligó a una convivencia de seis meses con el cono viejo, lapso que fue prorrogado varias veces. Maduro no mencionó nada de eso ayer. Más bien planteó que «el 4 de junio se desmonetiza todo el cono monetario que está en la calle».
  • Desde el equipo económico del Gobierno se aseguró que mediante la primera reconversión, al cabo de tres años la inflación habría bajado a un solo dígito. En vez de eso, en 2010 cerró en 26,9%. La falta de correctivos fiscales y monetarias hizo que el indicador creciera en años hasta llegar a los cuatro dígitos actuales. De todas formas, los billetes emitidos entonces tuvieron operatividad por unos ocho años. Con la hiperinflación actual, economistas apuntan a que entre seis y doce meses por lo menos las piezas de menor denominación del nuevo cono se volverán inútiles.
  • Las autoridades monetarias expresaron en 2008 que tendrían que pasar al menos dos décadas para que fuera necesario emitir un billete de Bs 200. En vez de eso, en la mitad de dicho período se produjo un billete de 100.000, y al poco tiempo se ordenó volver a quitar tres ceros a la moneda. Considerando lo expuesto en el punto anterior, es muy probable que este mismo año o el siguiente urja la generación de piezas de aun mayor denominación.