La compañía Uber perderá su licencia de explotación en Londres, anunció el viernes la Autoridad de Transportes de Londres(TfL), decisión que la empresa apelará.
«TfL concluye que Uber Londres no es apta para poseer una licencia de explotación de chóferes privados«, explicó la autoridad en un comunicado, tras haber estudiado la posibilidad de renovar esa licencia, que expira el 30 de septiembre.
Para explicar su decisión, la autoridad destacó que «el enfoque y la gestión de Uber han demostrado una falta de responsabilidad respecto a varios problemas, con consecuencias potenciales en la protección y seguridad del público».
TfL también acusa a Uber de no reaccionar suficientemente ante las denuncias de delitos de los que sus conductores serían testigos, y de su incapacidad a la hora de comprobar los antecedentes penales de sus chóferes.
La autoridad culpa asimismo a Uber de utilizar un programa para que las autoridades no detecten a los conductores cuando estos trabajan en zonas donde no tienen derecho a operar.
«Los 3,5 millones de londinenses que utilizan nuestra aplicación y los más de 40.000 conductores autorizados que dependen de Uber para vivir se quedarán atónitos ante esta decisión«, denunció el jefe de la compañía en Londres, Tom Elvidge, en un mordaz comunicado.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, afirmó por su parte su «apoyo total» a la decisión de TfL. «Sería un error seguir dándole una licencia a Uber si esta supone una amenaza para la protección y la seguridad de los londinenses».
La empresa, que perdió más de 600 millones de dólares en el segundo trimestre de este año, está siendo investigada por sospechas de corrupción por parte de responsables oficiales extranjeros.
Además, la compañía también tiene a los taxis en su contra, que ven en ella una amenaza, al tiempo que reguladores de numerosos países tratan de frenar su actividad y sus conductores reclaman mejores remuneraciones y una mayor protección social.
El valor del grupo está estimado en más de 70.000 millones de dólares en base a su capacidad para captar fondos de inversores, lo que le convierte en la mayor empresa emergente no cotizada del mundo.