García Plaza pasó de protagonizar fiscalizaciones a denunciar prácticas discriminatorias del gobierno de Maduro

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Aseguró ante la OEA que decisiones del TSJ pasan por el control de Cilia Flores y Elvis Amoroso 

El exministro Hebert García Plaza denunció este viernes ante la Organización de Estados Americanos prácticas discriminatorias del Gobierno nacional y la sumisión del sistema de justicia a los intereses del chavismo.

Quien fuera mayor general y desempeñara varios cargos en el Ejecutivo que preside Nicolás Maduro, testificó en las audiencias de la OEA para evaluar la posibilidad de elevar casos de violencia y represión en Venezuela ante la Corte Penal Internacional. Dijo que los sistemas públicos de distribución de alimentos dan prioridad a zonas que han demostrado su tendencia a apoyar al chavismo, sin importar otros criterios como la necesidad de los beneficiarios.

García Plaza, prófugo de la justicia venezolana desde 2015, dijo que no se quedó en el país para demostrar su inocencia debido al control del oficialismo sobre el Poder Judicial. Afirmó que la primera dama, Cilia Flores, y el miembro de la «asamblea nacional constituyente», Elvis Amoroso controlan el Tribunal Supremo de Justicia y son los encargados de aprobar todas las decisiones emanadas de él.

Además, alertó que las regulaciones para el control del orden público en Venezuela permiten a funcionarios actuar con fuerza letal contra manifestantes. Denunció que el director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), Gustavo González López, reporta directamente al primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, quien daría las órdenes para los allanamientos y detenciones que realiza este organismo (los cuales el propio Cabello celebra como «operación tun tun»). Según García Plaza, Cabello también tendría el control de la cárcel militar de Ramo Verde, donde permanecen varios presos políticos.

Otros tiempos

Hace cinco años García Plaza era otro miembro más del alto mando militar que no tenía inconveniente en mostrar su parcialidad hacia el chavismo, a pesar de la prohibición constitucional a las actuaciones partidistas dentro de las Fuerzas Armadas. En 2012, el expresidente Hugo Chávez lo ascendió a mayor general, según un perfil en el portal Poderopedia.

Muerto el «comandante», García Plaza fungió como ministro de Transporte Acuático y Aéreo, ministro de Alimentación, presidente de la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA) y jefe del Órgano Superior para la Economía.

Fue objeto de mucha atención mediática a finales de 2013, cuando el Gobierno ordenó un conjunto de medidas contra la «guerra económica», dirigidas específicamente a atacar «la especulación y el acaparamiento». Estos hechos pasaron a ser conocidos como «Dakazo». Por aquellos días las pantallas de televisión estuvieron colmadas de discursos de Maduro, con pases en vivo a fiscalizaciones encabezadas por García Plaza (la política como espectáculo, diría el politólogo italiano Giovanni Sartori). El entonces dirigente oficialista no se ahorró palabras para condenar el desempeño de varias empresas «contra el pueblo» y elogiar las gestiones gubernamentales para meterlas en cintura.

En abril del año 2015 fue acusado por la supuesta compra, con irregularidades, de tres ferrys. Desde entonces permanece en el exilio.