El anuncio ha prendido las alarmas. Los economistas aseguran que imponer un congelamiento general de precios solo agravará la ya delicada situación de abastecimiento que vive el mercado, amén de pavimentar el camino para le cierre de empresas.
«Un congelamiento de precios en las condiciones actuales de Venezuela es sumamente peligroso y de graves consecuencias sociales y económicas», afirmó el economistas Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica.
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Asegura que las consecuencias inmediatas serían «mayor escasez, desempleo y más inflación», al tiempo de señalar que una medida de este tipo va de la mano con la convocatoria de la Asamblea Constituyente.
Por su parte, Efraín Velázques, presidente del Consejo Nacional de Economía, señaló que si bien en lo inmediato un congelamiento pudiera traer cierta estabilidad en la economía, en el mediano plazo significará una profundización de la crisis.
«A futuro caerá la producción y se reducirá la oferta porque las empresas no podrán soportar un alza de sus costos de producción sin poder trasladar ese aumento al precio final. El resto de la economía seguirá soportando el peso de la galopante inflación, independientemente de que se congelen los precios finales», dijo.
Este criterio es compartido por el economista y profesor de la Universidad de Los Andes, Raúl Huizi, quien dijo que además de una reducción inmediata de la oferta, el congelamiento redundará en el cierre de muchas empresas, en particular pequeñas y medianas.
«Las pymes no podrán soportar el aumento de costos y se verán obligadas a cerrar, lo que significará pérdida de puestos de trabajo«, dijo Huizi.
Precisó además que el incremento de la escasez traerá el incremento del mercado negro, que se convertirá en casi la única vía para adquirir bienes de primera necesidad.
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