Cedice: «2020 la Terrible Tormenta Perfecta para Venezuela»

 El Observatorio de Gasto Publico de Cedice Libertad, presentó el análisis elaborado por su coordinadora  Profesora Sary Levy, Phd.

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El PIB pér cápita es un indicador de desarrollo de un país que se obtiene al dividir el Productor Interno Bruto de un país entre su población

El Observatorio de Gasto Publico de Cedice Libertad, presenta este análisis de su coordinadora  Profesora Sary Levy, Phd.

A una economía en contracción desde 2014, ya en marcada recesión -como consecuencia de las nefastas políticas del modelo del Socialismo de Siglo XXI – se suma el impacto del aislamiento social exigido para frenar la pandemia desatada en China, como consecuencia de la propagación del Covid-19, comúnmente llamado coronavirus; y que a la fecha, 21.03.2020, muestra un saldo de 284.566 contagiados y 11.868 fallecidos[1], a nivel mundial.

Sepa: Trabajo por cuenta propia es la principal fuente de empleo en Venezuela

Como si ello no fuera suficiente, el precio del petróleo ha tenido un profundo retroceso en los mercados, dada la salida de Rusia de la OPEP, por diferencias con sus políticas de producción y precio. Ello a su vez, encuentra a la industria petrolera venezolana, en una situación de incapacidad productiva e insolvencia financiera, con costos superiores a los precios de venta y sin posibilidad de refinación para atender las necesidades del mercado local.

Todos los pronósticos de crecimiento y desarrollo en el mundo están siendo revisados a la baja, shocks de demanda y de oferta, en todas las economías del mundo, se combinan para lamentablemente asegurar una importante contracción. Los mercados bursátiles acusan el golpe con volatilidad y bajas sustanciales. Aún es temprano para saber cuándo cederá el impacto, cuáles serán los sectores más afectados, cuáles lograrán recuperarse antes. Los efectos sociales de la contracción. Las nuevas realidades geopolíticas que emergerán. Lo que es seguro, es que 2020 entra en las estadísticas de los años de crisis financieras y económicas mundiales.

Conscientes de la terrible situación en la que encuentra el país: altos niveles de pobreza y desnutrición, servicios básicos insuficientes y de poca calidad, un aparato productivo acosado y desmantelado y una red hospitalaria con equipamiento deteriorado, sin insumos suficientes y mermado personal, entre muchas otras carencias; el sector empresarial venezolano, se ha hecho presente, planteando mecanismos y alternativas para tratar de mitigar las terribles consecuencias que esta pandemia infligirá en nuestra población.

Serán nuevamente desatendidos los llamados de alerta y atención? Serán considerados los planteamientos del sector productivo nacional?

Mientras los gobiernos del mundo se aprestan a tomar medidas expansivas, que mitiguen el impacto de la depresión económica mundial: reducción de tasas de interés de referencia, inyección de liquidez al sistema, reducciones o aplazamientos tributarios, y muchas otras; en Venezuela, al afectado sector productivo y a la ciudadanía en general, se le incrementan las presiones impositivas y ni un atisbo de atención a la emergencia: un mensaje por Twitter del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) indicó que los contribuyentes tiene hasta el 31 de marzo, y que no habrá prórroga para la declaración del Impuesto sobre la renta (ISLR).

Estas dos décadas del siglo XXI han sido traumáticas para nuestro país, política, económica y socialmente. La pandemia del 2020 nos asalta desasistidos, desguarnecidos; pero simultáneamente nos encuentra resilientes, entrenados en la adversidad para enfrentar las dificultades. Toda crisis es un problema, pero también, una oportunidad. Hagamos de esta crisis, nuestra oportunidad.

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