Debido a la difícil situación económica que atraviesa el país, muchos compatriotas emigraron en busca de mejores horizontes. Algunos encontraron empleo en sus profesiones y otros en diversos oficios, bien sea por no cumplir con algunos requisitos de ley, por xenofobia, etc.
Raquel Mendoza reside en Bogotá desde hace cinco años con su esposo e hija y señaló que las oportunidades de empleo en la nación granadina son muy limitadas para los colombianos por una situación país, aún más para los venezolanos. “No hay mucha apertura. Exigen permisos para trabajar y aquí los sueldos son bajos”.
Mendoza comentó que no ha sentido xenofobia, pero “si me han comentado otras personas que lo ha sentido”.
Precisó que muchos de los venezolanos que conoce en Bogotá, “vinieron por empresas que los trajeron, la mayoría en el área de sistemas. Tengo entendido que Colombia tenía un déficit de ingenieros y daban muchas facilidades para que los ingenieros se quedaran acá”.
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Añadió que los profesionales de la informática deben inscribir su título en algo que no recuerda, eso toma un tiempo, y la credencial que obtienen les permite aplicar a una empresa.
“Para trabajar en Colombia la gente debe tener un permiso que se llama PEP y que activaron antier, con unas cláusulas que dicen que la persona entró de x fecha a x fecha. Por lo general los venezolanos trabajan en cocina, restaurantes, tiendas de centros comerciales”, acotó.
Explicó que la empresa donde trabaja su esposo se responsabiliza por el empleadosacando una visa temporal que se renueva cada tres años, para otras personas es anual.
“Nosotros ya somos residentes, tenemos visa de trabajo para buscar empleo donde queramos sin que una empresa nos represente. Hay muchos venezolanos trabajando en SAP y les ha ido muy bien”, afirmó.
Por su parte, Karina Montoya es Licenciada en Relaciones Industriales, emigró a Madrid, España, y señala que “todo lo que tiene que ver con informática, sistemas y telecomunicaciones ahorita es el auge tanto en Venezuela como en el exterior, de hecho son las carreras más solicitadas y las que mejor pagan”, destacó.
Expresó que se encuentra en situación de asilo político y aun así en su carrera se puede conseguir trabajo. Los ingenieros en sistemas, programadores, son los más buscados y los que consiguen trabajo más rápido. “En mi carrera tienes que especializarte en perfiles IT, es decir, perfiles de tecnología, bases de datos.
“En Europa es muy difícil para la gente que no tiene documentación conseguir trabajo en su carrera. En España te piden homologación y eso puede tardar tres años, mientras hay que tomar trabajos de oficios, cafeterías, etc. En Latinoamérica te motivan más a trabajar, allá tienes más acceso y más rápido a trabajos en carreras profesionales”, explicó.
Montoya indicó que en España un informático gana entre €25 mil y €45 mil anuales, y “una persona como yo en una cafetería €900 mensuales”, puntualizó.
Josefina Torres vive en el estado de Florida, EEUU, y aseguró que un profesional venezolano para ejercer su carrera en ese país, debe haberse graduado en alguna universidad estadounidense, o hacer un curso o acreditación para trabajar.
“Para que la gente pueda ganar bien aquí y desempeñarse en alguna labor debe tener el permiso de trabajo o Working Permit, de lo contrario está ilegal y le van a pagar mal”, precisó.
Un profesional puede ejercer si está contratado por alguna compañía que lo trajo de alguna parte, de lo contrario debe cursar post grado u otro curso en EEUU. “Aquí los venezolanos hacen cualquier trabajo, como limpiar piscinas, trabajar en una tienda”, aseveró.
Con respecto a la xenofobia indicó que se presenta en los estados hacia el norte y en los estados centrales de EEUU, “en La Florida no hay tanta xenofobia porque hay mucho latino”, dijo.
Refirió que el señor que limpia su piscina cobra $95 al mes y en su día libre limpia de seis a siete piscinas, es decir, $570 mensuales en promedio. Por limpiar una casa una persona cobra entre $120 y 180, y un muchacho recién llegado, en una tienda le pagan entre $8 y 12 porque los explotan por muchas horas.
Javier Valderrama es carpintero y vive en Chile. “Conozco pocos venezolanos profesionales que estén ejerciendo su profesión aquí, salvo odontólogos. La gran mayoría de los venezolanos que conozco trabajan como vendedores en una tienda, auxiliares en un negocio, como limpieza. Una inquilina mía es licenciada en Ciencias Políticas y trabaja en un abasto de cajera. Soy carpintero y tengo mi taller en casa, hace dos años me dieron mi cédula de extranjero y abrí mi cuenta bancaria. Si no se tiene visa y la cédula o RUT, pagan menos de salario mínimo por 12 horas de trabajo”, aseguró.
Con información de 2001.
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