El rendimiento del bolívar un año después de su reconversión

Se cree que una de las principales causas de la hiperinflación fue la intervención del gobierno estatal en la política monetaria

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En noviembre de 2017, la economía venezolana entraba en uno de los periodos más críticos de su historia. Ese mes, se registraba una inflación mensual del 56,7 %, un hecho que daba inicio a la peor hiperinflación jamás registrada en el continente americano. Se cree que una de las principales causas fue la intervención del gobierno estatal en la política monetaria, aunque a su vez eso es tan solo una consecuencia de la dura crisis económica que afecta el país desde 2013.

Se calcula que la inflación acumulada durante los seis primeros años de gobierno de Nicolás Maduro (2013-2019) supera los 5.000 millones por ciento. Para intentar reconducir la situación, una de las medidas tomadas por el Presidente de la República fue la reconversión monetaria aplicada al bolívar. Esta medida no se ganó el favor unánime de la población venezolana, que sigue sufriendo las durísimas consecuencias de una crisis que también es política y social.

Tampoco fue demasiado respaldada su medida de crear a la vez Petro, una moneda virtual que, como veremos más adelante, poco tendría de los elementos que explican qué es una criptomoneda.

Dicha reconversión monetaria fue anunciada en marzo de 2018 y la moneda pasaba a llamarse bolívar soberano. Aunque en un principio tenía que entrar en circulación tres meses después, la entrada en vigencia fue prorrogada en hasta dos ocasiones hasta que finalmente lo hizo el 20 de agosto de ese mismo año. El objetivo era estabilizar la economía y esas tasas de inflación de récord, así como reducir los ceros de los precios de los productos y las cuentas de las empresas.

Más de 12 meses después, el plan económico de Maduro llamado Plan de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad ha resultado ser un fracaso. El valor del bolívar ha caído en picado desde su reconversión -ha perdido más del 95% de su valor- y ahora un dólar equivale a 14.483 bolívares soberanos mientras que en agosto del año pasado equivalía a 60,27 bolívares. Por otro lado, la inflación no ha parado de crecer y todo se ha encarecido en un 20.000%.

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Algunos economistas ya han catalogado al bolívar soberano como una “moneda inservible”. Su inflación es tal que ni las monedas tienen ya valor más allá del simbólico. El pasado mes de junio, el Banco Central de Venezuela empezó a emitir nuevos billetes. El más alto tenía un valor de 50.000 bolívares, pero ahora ya solo sirve para comprar algo de carne. Basta con fijarse en el precio de, por ejemplo, un kilo de aguacates, que ahora cuestan 283 veces más que en agosto de 2018.

También formó parte del plan económico el anclar ciertos pagos como los salarios, las pensiones y las indemnizaciones judiciales a Petro, una nueva moneda virtual también creada por el Gobierno de Maduro. Aunque ha sido presentada como una criptomoneda, ha sido criticada por no estar descentralizada, elemento clave de todo activo digital. Es cierto, eso sí, que como toda criptodivisa está basada en el sistema de blockchain, pero en cualquier caso ha resultado también en ser un fracaso.

Desde 2013, Venezuela está haciendo frente a uno de los momentos más delicados de su historia. La crisis ha afectado a todos los niveles, incluido el político y el social. A nivel económico, ha provocado la escasez de productos y la mayor inflación de la moneda que se recuerda. Las medidas de Maduro no han servido de mucho para revertir la situación y el nuevo bolívar soberano y la moneda virtual Petro no solo no han ayudado, sino que han empeorado aún más la situación.

Con información de 2001.

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