El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha reiterado la disposición de su Gobierno a facilitar un diálogo entre el Ejecutivo de Nicolás Maduro y el mandatario interino, Juan Guaidó, para acordar «una salida pacífica» a la crisis en Venezuela.
«Nosotros hemos planteado que, en todo lo que podamos ayudar para conseguir la paz, la tranquilidad y la armonía en Venezuela, estamos en la mejor disposición de ayudar», ha dicho durante la rueda de prensa diaria, preguntado sobre la posibilidad de México ejerza de sede de un nuevo diálogo.
López Obrador ha recordado que tanto México como Uruguay ya ofrecieron su mediación a las partes cuando Guaidó se proclamó «presidente encargado», abriendo un nuevo capítulo de la crisis política en Venezuela. Sin embargo, esta iniciativa no ha prosperado por la negativa de la oposición venezolana.
«Seguimos en la misma postura», ha recalcado, aclarando que México solo intervendrá si así se lo piden las partes. «Es nuestra América y tenemos que buscar la conciliación (…), que no haya confrontación entre hermanos», pero «tenemos que ser respetuosos de la autodeterminación de los pueblos», ha subrayado.
El Gobierno y Avanzada Progresista (AP), Movimiento Al Socialismo (MAS), Soluciones para Venezuela (SPV) y Cambiemos anunciaron el lunes un acuerdo para reanudar el diálogo en Venezuela que incluye ya pactos concretos para que los diputados ‘chavistas’ vuelvan al Parlamento y para renovar el Consejo Nacional Electoral (CNE) con miras a unos nuevos comicios.
Se trata de pequeños partidos que llegaron a formar parte de la coalición opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) y que rompieron con ella por desavenencias internas. Destaca la Avanzada Progresista de Henri Falcón, antiguo ‘chavista’ que se apartó de Maduro y volvió como candidato independiente en los comicios de 2018, no reconocidos ni por la MUD ni por buena parte de la comunidad internacional.
Al mismo tiempo que se conocía este acuerdo, Guaidó daba a conocer en una rueda de prensa que en el proceso de Oslo y Barbados –última tentativa de diálogo– ofreció a Maduro un gobierno de transición en el que ninguno de los dos estuviera presente para guiar al país a unas elecciones presidenciales «reales» con un nuevo CNE.
Guaidó reiteró que el formato de Oslo y Barbados está «agotado», pero aclaró que la propuesta lanzada entonces sigue «en la mesa» e instó a «todos los sectores» del país a «empujar» para que el Gobierno ceda. Así, pidió «máxima presión» tanto dentro como fuera de Venezuela y apuntó al TIAR, el acuerdo regional con una cláusula de defensa colectiva.
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