Los venezolanos se preparan para el regreso a clases en medio de la crisis económica más asfixiante para sus bolsillos. Los ciudadanos devengan un ingreso mensual integral de Bs. 65.000, mientras que una lista de útiles escolares no baja de Bs. 755.000, e inclusive algunos artículos se comercializan en dólares.
Además, “la crisis de transporte público es un elemento que conspira contra la posibilidad de que docentes y estudiantes lleguen puntualmente a los centros educativos”, acotó a Descifrado Fernando Pereira, docente y fundador de Cecodap (organización de DDHH que promueve el buen trato de niños y adolescentes).
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Para Fernando Pereira, la escasez de agua y las fallas eléctricas comprometen el derecho a la educación, así como también, “la migración de docentes hacia otros países o hacia otros sectores de la economía buscando sobrevivir”.
Recordó que las deficiencias que existen en el Programa de Alimentación Escolar y la falta de una adecuada alimentación afectan la concentración de los estudiantes en las aulas de clases.
Alertó que el bono de Bs. 50.000 para regreso a clases, otorgado por la administración Maduro, “se queda corto” frente al presupuesto de útiles y uniformes escolares.
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“La educación y los derechos del niño no plantean una escuela abierta en cualquier estado sino que requiere un personal calificado (…) y una escuela que esté en buenas condiciones físicas, que tenga el debido mantenimiento… cosa que no ocurrido”, comentó y cuestionó la labor de los docentes “espress”, porque “no tienen credenciales” para educar.
Sin embargo, explicó que “el reto fundamental de las escuelas debe ser mantenerlas abiertas” a pesar de los factores en contra.
Precisó que prescindir de la educación escolar “es privar a los niños de la posibilidad de evolución, de formarse, de tener ilusión y esperanza (…) Los centros educativos deben ser reserva de encuentro para la resiliencia y el ejercicio de la ciudadanía. ¡Sobretodo en estos tiempos de dificultades y adversidad!”.
