ENTORNO DIARIO/ Ciudadanos con obligaciones

El colapso que desde marzo sufre el Sistema Eléctrico Nacional, prácticamente paralizó la distribución de agua potable -cuya escasez, en algunas zonas, ya era crítica desde 2014- acentuando la incapacidad del Estado para garantizar los servicios básicos.

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Por Carolina Gómez-Ávila

La Asamblea Nacional aprobó este martes 2 de abril el «Acuerdo ante la grave situación de los Servicios Públicos en Venezuela», en cuyo cuarto punto los diputados resuelven “Solicitar apoyo internacional formal al Sistema de Agencias de Cooperación de las Naciones Unidas, para la aplicación de paliativos inmediatos que sirvan de contención a la propagación de epidemias y enfermedades, así como también para el desarrollo de campañas formativas e informativas que contribuyan con el empoderamiento ciudadano y con las exigencias del momento actual”.

El colapso que desde marzo sufre el Sistema Eléctrico Nacional, prácticamente paralizó la distribución de agua potable -cuya escasez, en algunas zonas, ya era crítica desde 2014- acentuando la incapacidad del Estado para garantizar los servicios básicos.

A la fecha, las consecuencias para la salud aún no son visibles para la población. Para muchos, apenas son una sospecha. El Sistema Público Nacional de Salud no se ha manifestado ante la casi segura emergencia por venir, no toma medidas preventivas, no actúa. Quien sí lo hace, es la Asamblea Nacional a pesar de todas las limitaciones ejecutivas que, por su naturaleza institucional, tiene.

Y precisamente porque tiene conciencia de ellas, llama a la ciudadanía en este acuerdo, para solicitarle y justificar su participación -«empoderándola»- con formación e información. Como quiera que los tiempos institucionales -igual que los diplomáticos- nunca corren a la par de la urgencia de los pueblos, el ciudadano en ejercicio toma la vanguardia recolectando información -«empoderándose»- a través de profesionales de la salud, procesándola para que sea de fácil comprensión y difundiéndola de manera clara y precisa.

El reto del entorno es prevenir epidemias propias de la ya prolongada y, ahora aguda, escasez de agua potable. La oportunidad es de aprendizaje y vinculación permanente con los profesionales de la salud y especialistas en higiene. Se trata de estar atentos, comprender y difundir; de preguntar e investigar; de no repetir lo que no esté confirmado para evitar la peligrosa desinformación, y de repetir -mucho y de manera concreta- la información que nos permita evitar enfermedades.

Las redes vecinales que comentamos ayer, servirán hoy como estructuras de difusión de las medidas de prevención. Lograr que las enfermedades permanezcan a raya y no tomen dimensiones epidémicas, es Ejercicio Ciudadano que se puede practicar mientras se protesta y se presiona para el cambio que aspiramos.

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