Consumidores que habitan en diversas zonas de los estados Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Carabobo, Delta Amacuro, Distrito Capital, Lara, Mérida, Miranda, Monagas, Portuguesa, Sucre y Zulia, han pasado a convertirse a partir de esta semana, junto con propietarios y trabajadores, en grandes afectados, al no poder adquirir los bienes y servicios que antes se expendían en diversas instalaciones formales del sector terciario local.
De acuerdo a las informaciones preliminares de las cámaras y asociaciones de producción afiliadas al Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), acerca del número de establecimientos que fueron destruidos durante los días del apagón que se registró en Venezuela desde el pasado jueves 7 de marzo en horas de la tarde, “todavía no existe plena conciencia de la magnitud de los daños registrados, mucho menos de las futuras repercusiones”.
Tampoco de los efectos del “vandalismo” que se hizo sentir en la destrucción de los establecimientos, como del robo de equipos y mobiliario.
En Consecomercio, no se duda que un gran número de medianas y pequeñas empresas afectadas por la agresión y violencia de “saqueos irracionales, no abrirán nuevamente”. Y que será “precisamente allí en donde se hará sentir el peor efecto para los consumidores”.
El máximo organismo gremial del sector terciario expresó, asimismo, que
no podía calificar de otra manera que de “verdaderamente criminales” todos los hechos relacionados con los daños que se le provocaron en el estado Zulia al sector comercial, como a una serie de industrias productoras de alimentos, entre las que figuran: Maralac, Plumrose, Monaca, Pepsi-Cola Venezuela, Cervecería Polar, Upaca y Alimentos Polar.
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En este último caso, no sólo se agredió a trabajadores. También hubo robos de materia prima, productos terminados, daños a equipos y maquinarias, además de unidades transporte. Y esto se traduce en graves pérdidas para las empresas, como en una inevitable reducción de la producción y el abastecimiento de bienes de consumo a nivel local, como de otras zonas del país que se abastecen con bienes que se producen en Zulia.
Señala Consecomercio, en un país que, repentinamente, se ve afectado por la contingencia de quedarse sin servicio eléctrico y, como consecuencia, de resguardo y protección de bienes perecederos, apoyo bancario para el soporte electrónico para las transacciones comerciales, como de agua potable, entre otros, a las autoridades les corresponde diseñar programas preventivos, de información y formación ciudadana.
De hecho, a más de ocho días de producirse el citado apagón, todavía hay zonas en donde no se ha restablecido el servicio eléctrico, tampoco el de agua potable, ni el bancario, etc. Y mientras el comercio toma previsiones unilaterales para no verse afectado por una eventual agresión violenta, los consumidores no disponen de condiciones apropiadas y organizadas para adquirir los bienes que les permitan satisfacer sus necesidades familiares.
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