Las exportaciones no petroleras y no auríferas, la alternativa válida para enfrentar la crisis económica

En este artículo ambos profesionales, afirman que una situación de este tipo podría no ser ninguna novedad en otros países, pero en Venezuela, donde todas las magnitudes económicas están en franco proceso de caída o retroceso, lo mencionado con relación a las exportaciones es una auténtica excepcionalidad.

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Las exportaciones no petroleras y distintas al oro crecieron en el transcurso del año 2017 y también en el primer trimestre del año 2018. A lo largo del 2017 estas ventas al exterior crecieron en un 24 % con relación al año inmediatamente anterior – al pasar de 2.256 miles de dólares, a 2.800 miles de dólares en el lapso señalado – mientras que en transcurso del primer trimestre del año en curso lo hicieron en un 5.5 % % con relación también al mismo período del año anterior, si se toma una muestra de los 30 principales países de destino.

Una situación de este tipo podría no ser ninguna novedad en otros países, pero en Venezuela, donde todas las magnitudes económicas están en franco proceso de caída o retroceso, menos la hiperinflación, lo mencionado con relación a las exportaciones es una auténtica excepcionalidad.

Pero también es debemos considera, que es muy importante para el país que estas exportaciones crecieran y se convirtieran en la base de una economía diversificada y fuerte, para lo cual es indispensable que se apliquen unas políticas económicas orientadas a estos logros.

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tanto en lo interno como en lo externo, eso explica la importancia que tienen las exportaciones no tradicionales en las políticas de desarrollo económico de cualquier país del mundo, más aún en Venezuela.

En el primer trimestre de este año, Estados Unidos figura como el primer país de destino de ese tipo de exportaciones – además que también lo es en el campo de las exportaciones petroleras – seguido de China. Luego en orden de importancia tenemos, Colombia, Italia, países bajo, México, España, Francia, Brasil.

Estas exportaciones no petroleras y distintas al oro están constituidas por más de 150 productos diferentes, y forman parte de 85 capítulos de los 99 del arancel de aduana, y sus protagonistas son varios cientos de empresas medianas y pequeñas, que dan empleo a miles de trabajadores. Se trata, por lo tanto, de un sector de la economía que lucha denodadamente contra las dificultades del presente económico y que logra sobrevivir e incluso avanzar. Genera, además, los dólares que necesitan las empresas exportadoras para realizar las importaciones propias de insumos, materias primas, repuestos de maquinarias, y aporta un remanente para las alicaídas arcas en dólares del Banco Central. Además de lo anterior, las empresas exportadoras, grandes o pequeñas, deben liquidar ante el BCV una parte de sus ingresos en dólares, canjeados a una tasa Dicom manifiestamente reñida con la realidad económica, y que se traduce en una cantidad de bolívares que no cubren los costos reales de producción.

En Venezuela el organismo empresarial que agrupa  a estos esforzados exportadores es la Asociación Venezolana de Exportadores, AVEX, que tiene más de 50 años de existencia y que presta  a sus miembros -y también a los que no son sus asociados  – información  sobre comercio exterior, apoyo en gestiones y trámites con relaciona a los organismos nacionales relacionados con la actividad exportadora, , formación académica en materia de comercio exterior, representación ante organismos empresariales y gubernamentales nacionales y extranjeros y organiza reuniones y seminarios para abordar temas concretos de interés del sector, y hace propuestas de políticas públicas que coadyuvan  a mejorar la competitividad del sector, en un país donde los permisos para exportar afecta a más del 50% de la oferta exportable.

Una de las tareas que la AVEX ha incorporado recientemente – en forma muy exitosa –  a su cartera de actividades es la realización de Ruedas de Negocios entre agentes económicos nacionales y extranjeros, para vencer las barreras del conocimiento mutuo y poder llevar adelante tratativas comerciales mutuamente ventajosas, actividad que es particularmente ventajosa para las Pymes.

¿Cómo puede un pequeño y mediano empresario – que tiene buenos niveles de productividad y de calidad en el producto que fabrica – abrirse paso en el comercio internacional? ¿Cómo puede complementar las ventas que realiza en el mercado nacional, con ventas en los mercados internacionales cercanos o lejanos? ¿Cómo puede establecer los primeros contactos internacionales que lleven a la compra o la venta de bienes más allá de las fronteras?

Una posibilidad es que publique una página web, en la que presente al mundo su empresa y sus productos estrella. Esta decisión es correcta y necesaria, pero no suficiente, porque tarde o temprano ese canal se muestra insuficiente pues nada supera todavía el grado de confianza que se genera cuando las personas se ven las caras frente a frente.

También es posible visitar los países donde potencialmente se pueden hacer negocios, pero toda la experiencia indica que ese mecanismo es caro y lento, pues se requiere dinero y tiempo como para que un pequeño o mediano empresario nacional pueda encontrar en un mercado vecino interlocutores comerciales adecuados a su estructura de ofertas o de demandas. De acuerdo a las estadísticas, se requiere en promedio 11 visitas al país importador para lograr la primera exportación.

Nadie está inventando la pólvora si plantea que las ruedas de negocios internacionales tienden a solucionar ese tipo de problema. No se trata de un invento reciente ni de un invento venezolano sino, quizás, de un instrumento tan viejo como el comercio mismo. Pero hay que saber sacarle provecho al mismo. Alguien, con peso institucional empresarial y reconocido en el exterior, suficiente seriedad, credibilidad, y capacidad organizativa, tiene que convocar a compradores y vendedores – y generar las condiciones logísticas – como para que, en un mismo punto del tiempo y del espacio, todos ellos se puedan reunir, conocer, dialogar, negociar y llegar a acuerdos e intercambios mutuamente beneficiosos. Eso es, en lo sustantivo una rueda de negocios.

Pero aun cuando se trata de un instrumento ampliamente conocido y utilizado por todos los países, es un recurso que en Venezuela se ha utilizado poco, quizás por la poca preocupación que existe por las exportaciones no petroleras y no auríferas.

Por ello, es altamente positiva la realización  reciente –  el 24 y 25 de octubre para ser más precisos – de una rueda de negocios internacional organizada por la Asociación Venezolana  de Exportadores, AVEX, conjuntamente con Consecomercio, y apoyada por Conindustria y varias cámaras sectoriales y binacionales, en la cual se dieron cita más de 62 empresas nacionales, con la asistencia, además,  de empresarios de Colombia y de Curazao, y con el contacto también con empresa chilenas, y el apoyo de la Embajada de Holanda, del Ministerio de Desarrollo Económico y del Presidente de la Zona Franca de Curazao, evento que permitió obtener todos los frutos positivos que se esperan de este tipo de actividad de facilitación  de las exportaciones de la pequeña y mediana empresa (PyMES).

Hagamos un breve recuento de esa jornada: participaron empresas pertenecientes a 24 sectores de actividad económica, con la participación institucional de 16 cámaras entre sectoriales y binacionales. Se realizaron en los días de funcionamiento 424 reuniones de negocios internacionales, y 142 reuniones de negocios nacionales. Se generaron perspectivas ciertas de cerrar negocios a corto y mediano plazo por un orden de 7 a 15 millones de dólares, sin perjuicio de los contactos y las confianzas recíprocas, que son ganancias netas y sostenidas.

Toda esta actividad negocios se potencio con una herramienta tecnológica denominada pasarela virtual, a través de la cual las empresas vendedoras y compradoras se inscribían en la Rueda de Negocios, y presentaban la descripción e historial de cada empresa y de los productos que se estaban ofreciendo o demandando. Esta pasarela se convertirá en un espacio virtual para promover el comercio internacional de Venezuela.

Las grandes empresas nacionales – más aún si tienen todo o parte de su capital en manos de capitales extranjeros – no tienen problema en conseguir interlocutores comerciales que les aseguren buenas alternativas para comprar o vender. Pero para las Pymes las cosas no son así. Para ellas, un buen contacto internacional – por ejemplo, con una comercializadora que desarrolla sus actividades comerciales por 5 o más países – es un capital que le puede cambar la vida a la empresa y al empresario, sobre todo en tiempos de crisis.

En las Ruedas de Negocios se dan diferentes situaciones.  Algunas empresas logran cerrar negocios casi inmediatos, si el producto ofrecido se adecua a lo que está buscando el comprador, como efectivamente sucedió en esta oportunidad con un número significativo de empresas. Otras hacen el primer contacto, entre interlocutores serios, que quieren efectivamente comprar o vender, y las operaciones correspondientes se pueden cerrar en un futuro cercano, evitándose largos procesos de acercamiento que incluye viajes al exterior, búsqueda de compradores, reuniones para presentar la empresa y las bondades de los productos que se ofrecen, homologación de los productos, entre otros.

Para ser realistas, no cualquier empresa puede llevar adelante, con éxito, operaciones de comercio exterior. Se necesita no solo calidad en el producto, sino también buena presentación y empaque, y desde luego, un precio fob, en puerto, bien realista, que sea conveniente y competitivo para el comprador. Pero incluso estas prácticas pueden ser conocidas por las pymes que se inician en las actividades de exportación por medio de su concurrencia a las ruedas de negocio, que se convierten en una experiencia de aprendizaje, pues allí se enteran de las condiciones o requisitos que se plantean sus contrapartes comerciales. Y adicionalmente existe una asesoría comercial y técnica que ofrece la AVEX con un personal altamente calificado, y también estos servicios los ofrecen empresas privadas especializadas del comercio internacional.

Por todas las razones y consideraciones anteriores, y por la experiencia adquirida, es altamente importante que los organismos empresariales continúen con este tipo de actividad de promoción de exportaciones, con las cuales se prestan altos servicios a las pymes y al país en su conjunto. Desde luego, el aparato del estado también puede y debe organizar este tipo de actividades, dentro o fuera del país, recogiendo la experiencia acumulada en las empresas y en sus organismos empresariales.

Por: Ramón Goyo y Sergio Arancibia

Ramón Goyo, Presidente de la Asociación Venezolana de Exportadores (AVEX), Economista, Ms.C. en Economía Internacional, con especializaciones en Moneda y Finanzas Internacionales, y amplia experiencia en el comercio internacional.

Sergio Arancia, Economista y Doctor en Economía, Ex-agregado Comercial de la Embajada de Chile en Venezuela, Profesor en la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Católica Andrés Bello, y Asesor de la AVEX.