El Sábado Negro de los pensionados

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Con este título no pretendo asignar dimensión histórica a la protesta que realizaron los pensionados el sábado 1° de septiembre pasado, solo es un truco que aprendí en mis largos años como creativo publicitario: primero que nada llama la atención, si quieres que la gente te escuche. No tengo la manía de moda de que cualquier evento ordinario es tildado de «histórico», eso se lo dejo a los historiadores del futuro. En realidad, protestar y criticar fue algo que le enseñó Chávez al pueblo como cosa común, a pesar de que se les olvida a unos cuantos radicales o dogmáticos del chavismo, a quienes se les erizan los pelos ante la crítica. Al grano.

Mi nombre es Néstor Francia y soy Constituyente electo por el sector pensionados de la región capital. A ese sector me debo y por lo tanto no puedo callar ante lo que ocurrió ese día con el retiro de fondos de las pensiones. Lo primero que voy a decir es que tampoco fue cosa del otro mundo, es normal que cuando se experimenta algo nuevo asomen algunas fallas y errores, no se va a acabar el mundo ni tampoco la Revolución por este atajaperros. Pero tampoco se puede pasar por alto algunos asuntitos que enturbian el caso. Veamos.

Estoy completamente de acuerdo con algunas opiniones de Eligio Damas en su artículo sobre el tópico publicado el mismo sábado en Aporrea.org: «Hay distintas formas de corregir una falla, pero la mejor que conozco es hablar con la verdad… hubiera sido prudente y hasta sano reconocer los errores en la programación, sin importar quien tuvo la responsabilidad y hubiesen quedado mejor». Esto a propósito de la insólita declaración, por decir lo menos, del ministro Tarek El Aissami tras las protestas. Como si le echara las culpas a un tercero inmaterial, el ministro aseveró que «Hoy lanzaron falsas noticias, creando una matriz falsa de opinión diciendo que los abuelitos debían ir este sábado a cobrar el primer pago de la pensión pero es falso». No me venga a decir que el problema fue creado por el imperialismo, la oligarquía, la derecha o la oposición. No señor, lo que es justo es justo: el tremendo bache comunicacional que desembocó en descomunal desinformación es responsabilidad única y exclusiva del Gobierno, y acaso se deba salpicar un poco a los propios bancos.

En realidad no hubo noticias falsas ni engaño, porque eso supondría alguna intención aviesa, que por supuesto no la hubo. Hubo sí declaraciones inconexas, dispersas, confusas, mal manejadas y de diversos voceros: el propio presidente Maduro, el ministro Jorge Rodríguez, Sudeban, los bancos y otros. Una comunicación desordenada, desenfocada, sin planificación. No se trata de condenar a nadie, al mejor cazador se la va una liebre. Pero si el cazador quiere mirar para otro lado y hacerse el suizo, eso sí es ya un problema serio: se te fue la liebre, compa, se te fue, se te fue, no disimules.

Lo único bueno de un error es que puedes aprender de él. Si no lo haces, entonces el error es algo malo por donde lo veas. Un defecto cultural de los venezolanos es que somos reacios a evaluar lo que hacemos y eso a menudo nos lleva a tropezar dos veces con la misma piedra.

Los pensionados se enteraron de la información veraz de la manera difícil: madrugando, haciendo largas colas ante los bancos desde tempranas horas, sintiéndose defraudados, engañados, burlados. No digo que hayan sido tratados as adrede, sino que fue eso lo que sintieron. Por eso hubo trancas de vías en varias ciudades del país. En Caracas, supimos a ciencia cierta de trancas en importantes avenidas: en la Urdaneta, en la Sucre, en la Francisco de Miranda. Se salvaron otras porque hay pocos bancos o ninguno, como la Lecuna, la Baralt, la Bolívar, la Libertador. Por supuesto, de inmediato la canalla mediática nacional e internacional hizo fiesta. La noticia no sería nunca que las pensiones, universalizadas para toda la población sujeta a las mismas, recibieron un notable incremento, sino que los «abuelos» protestaron contra Maduro. Pelón comunicacional igual a pelón político, sin más ni más.

¿Quién dijo que es recomendable informar por Twitter a los pensionados? Es lo que han hecho en exagerada proporción tanto el Gobierno como los bancos. No tengo ningún estudio estadístico sobre el tema, pero me late que más de la mitad de los pensionados no utiliza ese medio, muchos no poseen ni siquiera equipos para tal uso. También ha habido comunicación por medios tradicionales, pero con todas las taras que hemos mencionado más arriba. Como hay que ser propositivos, me permito hacer sugerencias al Gobierno Bolivariano:

1.- Reconoce tus errores, no les eches las culpas siempre a terceros, sobre todo cuando la verdad es evidente, como en este caso. Protege tu credibilidad, muéstrate humilde y digno ante el pueblo

2.- Evalúa con franqueza todas tus actividades, para detectar aciertos y reafirmarlos, y fallas y corregirlas

3.- Define y diversifica con precisión y eficacia tus vocerías, no pongas toda la carga en pocos funcionarios

4.- Investiga, planifica, evalúa, como ya he dicho

5.- Apréndete esto: el primer deber de un comunicador no es hablar sino escuchar. No disminuyas tu oído ni sobrevalores tu lengua

6.- No te burocratices más de lo que estás, obligado por el Estado burgués que te limita. Trata de percibir más de cerca el pulso de la calle de todos los días, no solo aquella que recorren las marchas y los actos partidistas

7.- Asesórate, consulta, déjate ayudar: la autosuficiencia conduce a la ineficiencia

Como siempre, tengo pocas esperanzas de que se me escuche. Pero digamos siempre como Kotepa: escribe, que algo queda.

Por: Néstor Francia

Aporrea