El petro: La nueva ancla del bolívar que los venezolanos nunca han visto

Sinfín de funciones otorgadas al activio digital no ha sido implementado de forma verificada

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El gobierno de Nicolás Maduro una vez más produjo desconcierto y dejó un sinfín de preguntas en el aire sobre los destinos de la maltrecha economía venezolana con el anuncio, este miércoles, de que el bolívar estará anclado al petro, la llamada «criptomoneda» emitida por el Estado. En otras palabras, el valor de la moneda venezolana quedaría ligado al del activo digital.

El problema evidente es que hasta el Sol de hoy los venezolanos no conocen prácticamente nada sobre el petro. Ni cómo funciona ni qué puede hacerse con él. Los ciudadanos comunes no han tenido acceso al petro y no lo han empleado para hacer transacciones. Ello a pesar de que, desde el anuncio de su creación a finales del año pasado con bombos y platillos, el Ejecutivo lo ha presentado como una salvación omnipotente y que transformaría completamente la actividad económica venezolana.

La primera confusión radica en la propia naturaleza del petro. Varios economistas han señalado que no puede ser considerado una criptomoneda real, ya que no es minada y la emite un Estado, con respaldo en bienes materiales (crudo en el campo 1 del Bloque Ayacucho de la Faja del Orinoco, sin siquiera haber sido extraído).

A finales de enero el Gobierno presentó el white paper del petro. En el mismo se explicó que en marzo habría una preventa de tokens (fichas) no «minables» que operarían sobre la plataforma de blockchain Ethereum. Los interesados podían adquirir estas fichas y luego, en abril, durante la venta inicial, canjearlas por petros. Cada token tendría un valor de 60 dólares, precio del barril de crudo venezolano para aquel entonces.

Todo este proceso se realizó sin que el Gobierno haya mostrado pruebas sobre el desempeño de las ventas de petros, más allá de los anuncios de su supuesto éxito nacional e internacional. Incluso en estos mensajes oficiales hay contradicciones. Por ejemplo, en marzo Maduro dijo que el activo digital «captó ofertas por 5.000 millones de dólares durante su preventa». Un mes después dijo que el petro «recolectó 3.338 millones de dólares en su primera preventa».

Fuera de lo proclamado desde el Estado venezolano, las noticias sobre el petro no son precisamente positivas. Para empezar, en marzo el Departamento del Tesoro de Estados Unidos reconoció en el petro una forma de emisión de deuda por el Gobierno venezolano y, considerando las sanciones a dicha deuda, prohibió a ciudadanos y entidades norteamericanos hacer transacciones con el activo digital, vetándolo así del sistema financiero estadounidense.

A eso se añaden las opiniones negativas sobre el petro por expertos en criptomonedas. Varias páginas web especializadas incluso calificaron como «estafa» la venta inicial. Varias casas de cambio de criptoactivos han rechazado públicamente trabajar con el petro. Uno de los creadores de Ethereum, Vitalik Buterin, expresó escepticismo sobre el activo digital venezolano por considerar que depende de un solo actor que es «poco confiable» (el gobierno de Maduro).

A pesar de todos estos obstáculos, Maduro ha hecho cumplir su promesa de que «al petro no lo para nadie»… Al menos a nivel discursivo. El Ejecutivo progresivamente fue asignando funciones a su criptoactivo. El propio white paper estableció la posibilidad de que que empresas en Venezuela cancelen compromisos y beneficios laborales extraordinarios en petros, así como de prestaciones sociales acumuladas. También planteó que las compañías que incorporen el uso del petro en sus operaciones comerciales podrán recibir incentivos fiscales.

En marzo Maduro dijo que eventualmente el petro podría usarse para pagar el transporte público (lo cual aliviaría la fuerte escasez de efectivo) y transacciones con inmuebles. Incluso dijo que todos los operadores turísticos en el territorio nacional debían cobrar en petros. Durante el acto de reinauguración del Hotel Humbodldt, en mayo, el mandatario expresó que el pago por los servicios del mismo se haría en el activo digital. Por último, Maduro también ha anunciado la construcción de residencias en el marco de la Misión Vivienda financiada con petros.

Ninguna de estas operaciones usando el criptoactivo ha sido implementada de forma verificada. En abril Maduro dijo que mil millones de dólares recaudados en la preventa del petro serían inyectados al Sistema de Divisas de Tipo de Cambio Complementario (Dicom) para fortalecer su oferta (a pesar de que en el «nuevo» Dicom solo pueden participar privados). Tres meses más tarde las subastas de la plataforma cambiaria no han experimentado ningún incremento notable en su oferta ínfima.

Ahora, según el Gobierno, esta entelequia será el ancla del llamado bolívar soberano. Economistas que se pronunciaron tras los anuncios oficiales coincidieron en pronosticar que la medida no detendrá de ninguna manera la pérdida de confianza en la moneda nacional y, por lo tanto, no servirá para frenar la hiperinflación. Tal vez ello se deba a que esa ancla nadie la visto nunca.