¿La urgencia de un cambio económico opaca al político?

A un mes de las elecciones del 20 de mayo las cuentas no cuadran

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A pesar de los pronósticos, “fake news” y proyecciones sobre el cambio de fecha de las elecciones presidenciales, no parece haber ajuste  oficial en la convocatoria para el 20 de mayo. El tiempo avanza como siempre inexorablemente y en nuestro caso inversamente proporcional a la lista de problemas que se acumulan en el país.

La variación de precios en los primeros 15 días de abril  fue de 37,33 según el Inflaciómetro que publicó ayer Cedice. Esperamos la medición correspondiente al mes  completo por parte de la Asamblea Nacional para inicios de mayo, pero seguramente la tendencia continuará al alza, según artículo publicado en el portal Venepress. 

Es bastante pesado concentrarse en la queja constante, es importante comenzar a debatir sobre alternativas, propuestas y soluciones.

Lo racional a un mes de las elecciones sería poner en una balanza las propuestas de los candidatos, pero en este proceso tan particular que enfrentamos, muchos todavía se debaten entre ir a votar o no. Y si vamos más allá de esta dicotomía elemental, nos encontramos con opiniones como la de Luis Vicente León, quien ha señalado que la verdadera situación a analizar es determinar qué hará cada uno de los venezolanos en edad de votar con la decisión que tome al día siguiente, después del 20 de mayo.

El próximo lunes 23 de abril Henri Falcón, presentará su programa económico denominado “La Gran Transformación”, y aunque no nos guste su estilo, origen o método, hay que apuntar que la propuesta de dolarización ha puesto centrado por primera vez  el debate público en la discusión sobre el tema económico. Analistas han señalado que “no se puede dolarizar la pobreza” y realmente considero que faltan muchas acciones por tomar y cambios estructurales que hacer antes de iniciar un proceso de dolarización.

La discusión sobre lo económico es el tema que rescato, personalmente creo que la agenda política sosa se ha sobrepuesto muchas veces  a la raíz de nuestro problema. Si bien es cierto que la economía está estrechamente ligada a la política, destacan a la vista de todos ejemplos donde las decisiones económicas de un país responden a una dirección muy diferente a la de los discursos políticos de sus gobernantes, como por ejemplo la gestión de Rafael Correa en Ecuador.

Creo que el cambio económico puede estar más cerca del cambio político de fondo. ¿Ustedes qué opinan?