Fallas sistemáticas de telefonía e Internet dificultan la cotidianidad del venezolano

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Además de las constantes fallas en los servicios de agua y luz, los venezolanos se ven obligados a lidiar con problemas constantes en los servicios de telecomunicaciones.

Las redes sociales concentran pilas enormes de quejas de los usuarios de Cantv, tanto por telefonía como por Internet. En algunos casos se denuncia problemas en estos sistemas que acumulan varios meses de duración. En Twitter incluso se creó una cuenta llamada «Sin ABA Cantv» para hacer eco a los reportes de fallas de banda ancha.

Los clientes también denuncian que Cantv a menudo no atiende los reclamos. Algunos, cuando el problema es individual, lamentan no contar con recursos económicos para reparar por vía privada los desperfectos.

Y no es solo la empresa pública. Se ha vuelto común ver a usuarios de la proveedora privada de servicios de telecomunicaciones Inter criticar fallas reiteradas.

Ambos sectores padecen los mismos problemas: falta de recursos para mantenimiento y actualización, daños a equipos, robo de cables, etc.

Aparte de las dificultades para la cotidianidad que supone en cualquier lugar del mundo en el siglo XXI no tener Internet, en Venezuela esta situación puede generar angustias adicionales. Solo téngase en cuenta que, en medio de la escasez de efectivo, las transferencias bancarias se han vuelto una forma de pago frecuente hasta para los bienes más sencillos.

En los Altos Mirandinos, una falla masiva de ABA e Inter mantiene en jaque las operaciones de varias empresas, sobre todo comercios, que ni siquiera pueden usar sus puntos de venta.

Mientras, el Gobierno nacional despliega una campaña de propaganda en la que habla de una «Venezuela potencia» e intenta simular un progreso tecnológico vanguardista. El entusiasmo por la minería cibernética y el lanzamiento de un activo digital propio, la «criptomoneda» petro, son la más reciente expresión de este fenómeno. Las autoridades insisten en que el petro podrá ser usado para prácticamente cualquier transacción en Venezuela, aunque nada de ello se ha concretado. Tal vez una de las razones sea que, en primer lugar, ni siquiera se ha logrado contar con una plataforma de Internet decente.